Bamako (EFE)
La firma del acuerdo de paz de Malí previsto para el 15 de mayo se tambalea una vez más por el recrudecimiento de la violencia en el norte del país entre los distintos grupos rebeldes tuaregs y los ataques yihadistas contra las fuerzas de la misión de la Organización de las Naciones Unidas (Minusma).
Tres soldados malienses murieron en un ataque perpetrado por un grupo de desconocidos contra un cuartel del Ejército de la ciudad de Goudam, situada en la región de Tombuctú y, por el momento, ningún grupo lo ha reivindicado.
Un ataque similar tuvo lugar ayer por los rebeldes del Movimiento Árabe de Azawad (MAA) contra un cuartel de las Fuerzas Armadas Malienses (FAMA) en la ciudad de Tombuctú, pero que no causó víctimas.
A estos dos ataques se añaden los enfrentamientos armados registrados el lunes entre grupos tuaregs rivales (independentistas contra unionistas) en Menaka, en la región norteña de Gao, que terminó con la ocupación del lugar por parte de las milicias Gatia (unionistas y que gozan del apoyo del Ejército maliense) y el desalojo de los independentistas del Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA) .
La población en Menaka, hostil a la presencia de los tuaregs independentistas y de la Minusma, a la que acusan de ser cómplice de los rebeldes, organizó ayer una marcha para exigir el retorno de las instituciones malienses a la ciudad.
Por su parte, la Minusma expresó su preocupación por los últimos ataques porque comprometen el proceso de paz entre el gobierno de Malí y los rebeldes tuaregs, agrupados en Coordinadora de Movimientos del Azawad (CMA) , y que controlan grandes zonas de la parte meridional del país.
Tanto el gobierno maliense como los rebeldes han intercambiado acusaciones sobre los ataques y se responsabilizan los unos a los otros de violar el acuerdo de alto el fuego alcanzado en mayo de 2014.
La misión de la ONU ha instado a las dos partes a respetar este acuerdo que consisten en que todos se queden en sus posiciones durante el período de negociaciones y se abstengan de cualquier acto que ponga en riesgo las perspectivas de paz.
La comunidad internacional y la ONU trabajan contra reloj para intentar que el acuerdo de paz se firme definitivamente el próximo 15 de mayo en Bamako.