PEKÍN. EFE. El pleno del Legislativo chino aprobó ayer la eliminación del Ministerio de Ferrocarriles, envuelto en una serie de escándalos de corrupción y sobornos, dentro de un amplio plan de reestructuración gubernamental encaminado a la reducción del gasto.
La iniciativa fue presentada por el Consejo de Estado (el Ejecutivo chino) y aprobada ayer por el pleno de la Asamblea Nacional Popular.
Una corporación dependiente del Ministerio de Transportes gestionará y comercializará el servicio de ferrocarriles, apuntó el Consejero de Estado, Ma Kai.
El Gobierno de la potencia asiática ya había anticipado que abriría el sector a la inversión privada en una escala sin precedentes, lo que, según Wang Yukai, profesor de la Academia china de Gobernanza, aumentará su competitividad y reducirá sus costos operacionales.
“El cambio será beneficioso para la población”, aseguró Wang.
El plan del Gobierno será apoyar la construcción de líneas de ferrocarril y acelerará las reformas del sector en la inversión y financiación, además de establecer un sistema subsidiario de transporte.
La desaparición del Ministerio se barajaba desde hace años, por los graves escándalos en los que estaba involucrado.
Entre ellos, las grandes deudas derivadas de la financiación de nuevas líneas de alta velocidad y numerosas acusaciones de derroche y fraude, cuyo colofón fue la destitución en febrero de 2011 de su entonces ministro, Liu Zhijun.
El exministro fue acusado de corrupción y expulsado del Partido Comunista Chino por desviar, supuestamente, un cuatro por ciento de las cantidades correspondientes a los contratos que firmaba.
Liu, responsable de gestionar la gigantesca red de ferrocarriles chinos desde el 2003, está aún pendiente de comparecer ante la Justicia.
Su sucesor, Sheng Guangzu, aseguró que el desmantelamiento del Ministerio no afectará a la inversión en el sector.
Los reformistas aplaudieron la desaparición de la cartera, pues fomentará cambios en el mercado.