Tras haber esperado varias horas en el aeropuerto, Chen, de 40 años, arribó junto a su mujer y sus dos hijos de 6 y 9 años al aeropuerto Liberty de Newark, en las afueras de Nueva York.
Horas antes lo habían sacado del hospital en que se encontraba, tras un mes de gestiones diplomáticas que pusieron a prueba las relaciones entre EE. UU. y China. La llegada de Chen pone fin a ese entredicho diplomático en torno a este abogado autodidacta, que se refugió a finales de abril en la embajada de EUA en Pekín tras escaparse de su arresto domiciliario.
Chen, que pasó las dos últimas semanas confinado en un hospital donde estaba siendo tratado por varias fracturas en el pie, anunció ayer mismo, y de sorpresa, que estaba en el aeropuerto de Pekín. Bob Fu, presidente de la asociación cristiana estadounidense ChinaAid, precisó que Chen se enteró a última hora de su partida y que recibió su pasaporte en el propio aeropuerto.
Según Fu, Chen estaba “entusiasmado” pero también “inquieto” por la situación de sus familiares que permanecen en China.
En Estados Unidos “va a descansar y a estudiar”, agregó Bob Fu. Chen había recibido en mayo una oferta de beca de la Universidad de Nueva York para trabajar junto a otros académicos de la Facultad de Derecho.
Hace dos semanas abandonó la legación, donde permaneció seis días, coincidiendo con la estadía en Pekín de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton.
Al cabo de ásperas negociaciones, el 5 de mayo ambos gobiernos llegaron a un acuerdo por el cual las autoridades chinas aceptaron otorgarle “lo antes posible” un pasaporte a Chen y su familia.
Desde entonces, nada parecía avanzar para permitir a Chen , a su esposa y a sus dos hijos salir hacia EE. UU. Sin embargo, el miércoles recibió la visita de responsables chinos de emigración y luego añadió que esperaba recibir los indispensables pasaportes “en 15 días”.
Si bien Chen está autorizado a ir a estudiar a EUA, para numerosos analistas es improbable que China acepte que vuelva luego a su país. Human Rights Watch advirtió que “lo más difícil es garantizar” el derecho de Chen “de volver a China cuando lo desee”.