Burundi.
Explosiones y disparos se registraron la noche del lunes en Buyumbura, a unas horas del inicio de las controvertidas elecciones presidenciales en Burundi, país africano sumido en una grave crisis por la candidatura del presidente Pierre Nkurunziza a un tercer mandato.
Periodistas de la agencia de noticias escucharon al menos tres fuertes explosiones y tiroteos por momentos intensos sin poder determinar los lugares donde se producían.
Según testigos presenciales, unos desconocidos abrieron fuego contra policías, que replicaron, en el barrio de Ngagara, al norte del centro de la capital. Además, se escucharon dos explosiones en el barrio de Nyakabiga, al noreste del centro, así como también disparos en Kanyosha, sur de la ciudad.
Más temprano en la jornada, por la tarde, explotó una granada en una arteria comercial del centro de Buyumbura sin causar víctimas.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó este lunes a las autoridades de Burundi a "hacer todo lo posible" para mantener la seguridad y la paz durante las elecciones presidenciales.
Ban invitó a "todas las partes a abstenerse de cometer toda forma de violencia que pueda comprometer la estabilidad de Burundi y de la región", según indicó en un comunicado.
El secretario general "reiteró su llamado a reanudar el diálogo franco entre todas las partes".
Unos 3,8 millones de burundeses están llamados a elegir presidente este martes, en una consulta denunciada por la oposición, que considera anticonstitucional la candidatura del actual presidente Pierre Nkurunziza a un tercer mandato presidencial, lo que ha sumido al país en su peor crisis política de la última década.
La misma ha dejado al menos 80 muertos, puesto que desde el anuncio de esta candidatura, se registraron manifestaciones violentamente reprimidas, en muchas ocasiones con disparos de armas de fuego.
Varios medios de comunicación privados fueron silenciados y muchos periodistas y opositores tuvieron que pasar a la clandestinidad o exiliarse.
Los Imbonerakure, organización juvenil del partido gobernante CNDD-FDD, calificados de "milicia" por las Naciones Unidas, instauraron un clima de intimidación.