Bruselas
En la heroica ciudad de Lieja o en las trágicas llanuras de Yser, Bélgica, el primer país que fue invadido en 1914, la población se prepara para conmemorar el centenario de la Primera Guerra Mundial junto a sus antiguos aliados, en particular británicos y franceses.
Al igual que Francia, que este jueves lanza oficialmente las conmemoraciones de la Gran Guerra, Bélgica se prepara para recordar este doloroso conflicto que marcó profundamente a la población.
En Flandes, la región de lengua neerlandesa del norte del país, los preparativos para el centenario de la guerra comenzaron hace seis años sin esperar a las otras regiones y al Estado federal.
Las autoridades regionales apuestan a los campos de batallas de la región de Ypres (noroeste), enclavados entre el mar del Norte y la frontera con Francia, para atraer al flujo de los "turista de la guerra".
Los combates que se desarrollaron alrededor de este último reducto controlado durante toda la guerra por las tropas belgas y aliadas, en la extremidad oeste de su territorio, costó la vida a cientos de miles de soldados del Imperio británico: ingleses, canadienses, australianos, neozelandeses e indios, que combatieron en condiciones terribles junto a los belgas y franceses.
Los sacrificios en esos campos, celebrados por autores y cantantes anglosajones, siguen grabados aún hoy en las memorias de los países del Commonwealth.
El lunes 11 de noviembre, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, asistirá a una primera ceremonia del recuerdo en Ypres.
Pero será el 28 de octubre de 2014 que se conmemorará el centenario de la batalla de Ypres, cuyo episodio más célebre es la inundación voluntaria de la llanura de Yser que logró bloquear a las tropas alemanas y fijar el frente durante cuatro años.
En Ypres las fuerzas alemanas utilizaron gases tóxicos por primera vez en la historia militar. En abril de 1915 fue cloro, en 1917 el siniestro "gas mostaza".
Pero en Bélgica la Primera Guerra Mundial no comenzó en las llanuras flamencas sino en su frontera este, cuando Alemania violó la neutralidad del reino al invadir su territorio el 4 de agosto de 1914.
Rechazando ceder al ultimátum de Alemania, que reclamaba el paso a sus tropas para llegar a Francia, Bélgica presentó una feroz resistencia.
Los fuertes de Lieja, en primera línea, mostraron un heroísmo que le valió a la ciudad ser distinguida con la Legión de Honor, la más alta distinción francesa. La estación de metro parisina "Berlín" fue rebautizada "Lieja" y el "café vienés" se transformó en "café liejés".
Lieja conmemorará ese episodio de la guerra el 4 de agosto de 2014 con la presencia de varios jefes de Estado. El mismo día, Gran Bretaña conmemorará su entrada en la guerra en Mons (suroeste de Bélgica ), en donde cayó el primer soldado británico.
Las ceremonias y exposiciones acompañarán luego los cuatro años de centenario. Las conmemoraciones terminarán el 11 de noviembre de 2018 en Bruselas con la celebración del fin de la guerra.