El balance se elevaba ayer a 14 muertos en Alemania tras el fallecimiento de dos personas por hemorragias provocadas por la bacteria Escherichia coli enterohemorrágica (Eceh), una en el oeste y otra en el norte del país.
Según el director de Instituto Rupert Kock, Reinhard Burger, hay 352 pacientes infectados que presentan trastornos renales severos, conocidos como síndrome urémico hemolítico (SUH), potencialmente mortal. “El número real es probablemente bastante más alto”, advirtió.
Mientras las autoridades sanitarias buscan el origen de este brote de E.coli , sus efectos han golpeado el sector agrícola español a raíz de las primeras declaraciones que apuntaban el dedo acusador contra pepinos cultivados en invernadero en Andalucía (sur), aunque no se descarta que se haya producido durante el proceso de distribución.
España niega rotundamente que sus pepinos sean responsables de la situación y la ministra de Agricultura, Rosa Aguilar, advirtió que pedirá “una respuesta” en el marco de la Unión Europea “por los daños y perjuicios habidos, y plantearemos también a Alemania que asuma la responsabilidad que le corresponde al respecto”.
Según la ministra, “se está dañando la imagen de España, se está dañando el sector productor español”. Al respecto, añadió que los “daños al sector español son cuantiosísimos" y aseguró que se trata de “daños bastante irreversibles”.
A la espera de los resultados de los análisis, que según España no se conocerán hasta mañana, Bélgica prohibió ayer la importación de pepinos españoles y Rusia hizo lo propio con las verduras españolas y alemanas y amenazó con extender la medida a las de toda la UE.
Se han registrado casos de infección o sospechosos en Suecia, Dinamarca, Reino Unido, Holanda, Francia, Suiza y Austria, pero todos procedían aparentemente de Alemania.