El nuevo secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el costarricense José Manuel Salazar, explicó, en una entrevista con este diario, sobre la situación crítica que afronta la región tras la cascada de crisis.
Una de las secuelas de esta cascada es la alta inflación, la cual los bancos centrales han atacado con incrementos en las tasas de interés para frenar las presiones sobre los precios y no dejar que se la inflación se salga de control.
Sin embargo, comentó Salazar, según lo que ha conversado con economistas de la Cepal, se ha puesto demasiado énfasis en solo un instrumento: la tasa de política monetaria.
El secretario indicó que recomiendan eso más otras formas, como políticas macroprudenciales, del sector financiero, regulatorias, para atacar el fenómeno tanto desde del punto de vista del choque de oferta como de demanda.
Sobre este y otros temas explicó Salazar. A continuación, un resumen de la conversación.
–Usted inició su periodo en la Cepal el 2 de octubre pasado, en un momento en el cual vivimos una cascada de crisis, según indicó. Algunos hablan de que podríamos tener una década pérdida. ¿Cuál es su evaluación?
–La caracterización efectivamente, y no es por exagerar, sino que es una realidad, es que hay una cascada de crisis. Si vemos los últimos tres años, la pandemia, el covid y las reverberaciones de la covid, eso ya es crisis sanitaria, impactó el empleo, las economías, el crecimiento, y luego viene la guerra en Ucrania que viene a agravar mucho más (...). Agrega un choque de oferta muy grande, en productos alimenticios, en petróleo, lo de las cadenas de valor que ya se había dado se agrava con esa guerra.
”Yo mostré dos gráficos, uno de 120 años donde se ve la tasa de crecimiento promedio de América Latina desde 1901 hasta el 2021 y uno ve cuál fue la contracción económica en la Primera Guerra Mundial, en la Gran Depresión, durante la crisis de la deuda en 1980 y la crisis financiera del 2008 y 2009, y la más grande es la del 2020.
“El otro dato es más para América Latina (...). Si hacemos los cálculos del 2014, donde hubo una gran desaceleración económica hasta el presente, incluyendo la predicción del 2023, que ya es una década, vemos que el crecimiento es solo 0,8%. Ya no es un riesgo tener una década perdida, estamos en el año ocho de esta década calculada desde el 2014, es una década más perdida que la de los 80.
”Por supuesto, la gran discusión es qué deben...; qué pueden hacer los países en diferentes áreas de política para reactivar y transformar las economías”.
–¿Nos resignamos a tener una década perdida o tenemos posibilidades de que esto no tenga consecuencias a futuro tan drásticas?
–Aquí lo importante en términos de los retos de respuesta, son varias cosas. Uno, aprovechar el espacio fiscal que hay para atender las necesidades sociales, porque hay sectores sociales muy golpeados.
”Todavía hay necesidad de transferencias, ha habido un proceso de empobrecimiento, de manera que hay muchas necesidades en materia de política social y uno de los principios que Cepal recomienda y también otros organismos, es tratar de no reducir en esas transferencias sociales.
”Segundo, está todo el tema del apagón educativo, que es un reto enorme que va a dejar cicatrices de muy largo plazo, de décadas, ahí todavía estamos a tiempo de reparar, pero ya se ha perdido mucho.
”Ahí depende de cada país otras prioridades. Tenemos que las tasas de inversión en infraestructura son muy bajas en América Latina. Está todo el tema ambiental, la transición energética, de mitigación y enfrentamiento de desastres naturales.
”Estos son algunos de los retos y aquí el balance delicado que tienen que hacer los gobiernos, las sociedades, porque en esto hay que persuadir y convencer (...) El momento está malo y no va a haber una solución rápida, de pocos meses.
”Sí se vislumbra un poco algunas luces al final del túnel, en el sentido que ya se ve un punto de inflexión en el precio de algunos alimentos, siempre que no vuelva a cerrarse el suministro de Ucrania, de Rusia, etcétera... También de fertilizantes, y posiblemente de petróleo.
”Con lo cual uno esperaría, en un escenario optimista en todo caso, que esta política bastante agresiva de subir tasas de interés de la Reserva Federal y de bancos centrales, se vaya deteniendo. Tal vez no en el primer trimestre, pero en el segundo hacia la mitad del año, con lo cual uno podría pensar, en un escenario de nuevo positivo, que hacia el segundo y tercer trimestre del año entrante las tasas de interés se estabilicen o empiecen a bajar un poco.
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–En el tema de la inflación, casi todos los países estamos dando la misma respuesta, los bancos centrales subiendo tasas para tratar de contener el consumo, pero también se empieza a cuestionar si el ajuste ha sido excesivo. ¿Cuál es su criterio?
–Ahí lo que he estado conversando con los economistas de la Cepal y lo que está en el debate internacional es que se ha puesto demasiado énfasis en solo un instrumento, y es el de la tasa de política monetaria.
”Hay que ver cuáles son los orígenes del fenómeno inflacionario que está experimentando el mundo. Hay quienes dicen: ‘esto es solo un choque de oferta’, pero también hay que reconocer que también hay un choque de demanda.
”Es cierto las dos cosas (...) la inflación que está sufriendo el mundo y la combinación exacta depende de cada país, tiene elementos de demanda y elementos de oferta.
”El uso de las tasas de interés por parte de los bancos centrales, de ir subiendo la tasa de política monetaria, es sobre todo un instrumento para recoger liquidez, obviamente encarece el consumo, encarece el crédito, encarece el crédito para las inversiones, etc.. Pero es algo que sobre todo trata de funcionar sobre la demanda agregada, donde se venía de una demanda agregada donde el otro componente, que es la política fiscal, se había expandido mucho.
”Entonces ya ahora hay países que están recogiendo un poco en política fiscal, y además viene esta política monetaria fuerte, pero esta combinación por sí misma, no va a ser una solución completa al tema de la inflación por este componente de choque de oferta; ahí en el choque de oferta hay que hacer otro tipo de cosas en materia de producción.
”Esa crisis del costo de la vida tiene los dos orígenes. Esa es la discusión y lo importante es que los países estemos conscientes y con respecto al uso de solo un instrumento de tasa de política monetaria, hay otras formas en que también se puede, eso más otras, que es lo que estamos recomendando, que es políticas macroprudenciales, políticas del sector financiero, políticas regulatorias, en fin, hay otras maneras”.
–¿Qué cosas se piensan en esas áreas?
–Por ejemplo, todos los temas para aumentar créditos a las pymes (pequeñas y medianas empresas), fondos de avales, banca de desarrollo, para aumentar la oferta de crédito, y compensar este incremento tan grande en las tasas de interés, porque si se deja todo igual y lo que ha subido las tasas de interés significa un shock muy fuerte.
–Gran parte de esta inflación ha sido en alimentos, golpeando más a las personas de menores recursos. Algunos países, como Costa Rica, están aplicando ayudas temporales. ¿Qué otras opciones vislumbra?
–Esto ha sido tan fuerte que mucha gente está pasando hambre. Nosotros estamos por publicar, a principios de diciembre, una nota de política, junto con la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), sobre el tema de la seguridad alimentaria y ahí está los impactos de los shocks, pero también, hay una serie de propuestas hacia un plan de seguridad alimentaria para los países de la región.
”Además de estas cosas internacionales que se están haciendo para mantener el suministro de Ucrania, de Rusia, etcétera, hay vías para promover más producción agrícola local en los países: asistencia técnica, programas de crédito, capacitación, programas un poco de emergencia para subir la productividad y la producción de las pequeñas fincas; depende de qué producto en cada país, depende de la agricultura que se tenga, eso es fundamental.
”Luego políticas claras en términos de competencia con los intermediarios y demás para asegurar que no hay especulación, acaparamiento... En fin, es un momento para ver con mucho cuidado las cadenas de suministro agrícola locales.
”Claro, hay algunas cosas que toman más tiempo, pero en fin, revisar el tema de la producción agrícola, de los incentivos y de los cuellos de botella y de toda la cadena de aumento de la oferta porque si es un shock de oferta todo lo que se pueda hacer en mejorar la producción en el corto plazo va a ayudar muchísimo”.
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–En esta crisis, Costa Rica ha tenido algunos elementos diferenciadores interesantes. Por ejemplo, sostuvo la inversión extranjera en la pandemia, mientras que el mundo está recortando sus previsiones de crecimiento para este año. Nuestro colón se aprecia mientras que la mayoría de países está sufriendo una devaluación. Usted que nos conoce bien, ¿cómo ve esos elementos diferenciadores?
–Efectivamente, creo que a veces en el ruido del día a día se puede perder perspectiva. Es muy importante que cada país esté consciente de sus elementos diferenciadores y Costa Rica los tiene en abundancia.
”Hay unos que son de largo plazo, el modelo de desarrollo que Costa Rica ha construido en los últimos 70 u 80 años (…), un elemento diferenciador de Costa Rica respecto a América Latina es que tenemos un Estado de Bienestar que no tienen otros países.
”Ese es un elemento diferenciador que como Costa Rica lo ha construido y ha crecido bastante, es una ventaja, pero también está creando desafíos de financiamiento, sostenibilidad, un tema grande.
”El otro elemento diferenciador es que Costa Rica ha logrado construir una estructura productiva que si bien está lejos de ser más deseable, ciertamente ha diversificado muchísimo.
”Yo creo que hay varias lecciones y para otros países de América Latina el caso de Costa Rica es un ejemplo de las ventajas que los economistas y la Cepal han venido diciendo por décadas, la importancia de diversificar las exportaciones.
”Hay que seguir haciendo diversificación productiva, el viejo adagio de no poner todos los huevos en la misma canasta.
”El mismo principio que se usa para un portafolio financiero de riesgos se usa para un portafolio exportador, si hay varios mercados de destino, y hay una cantidad de productos pues hay mucho más posibilidad de evitar la volatilidad económica, Cepal lo ha venido diciendo. Pero es fácil decirlo, lo difícil es hacerlo”.
–El comercio internacional se ha visto bastante lastimado; incluso han surgido tendencias proteccionistas con pérdidas en el comercio, en la producción y en el bienestar, lo que hablaba de la desglobalización. ¿Cree que vamos hacia un mundo más proteccionista? ¿Hasta dónde va a llegar esta fragmentación?
–La globalización está cambiando, y esta cambiando de manera acelerada. La pregunta es cambiando hacia qué o de qué.
”En que hay una asertividad fuerte del regionalismo, uno puede ponerlo en una metáfora: hay tres grandes fábricas globales: la fábrica asiática, la europea y la norteamericana, y las cadenas de valor alrededor de eso, de las cuales nosotros y Centroamérica somos una parte importantísima.
”Es una caricatura, no es tan simple, pero es bastante cierto que ahí hay tres grandes concentraciones de la producción de manufacturas y de innovación mundial en toda la nueva economía de la industria 4.0 y tecnológica.
”Entonces, aquí la pregunta es eso: se está viendo, hay mucho cambio de estrategia, de reconfiguración de flujos de inversión que está obedeciendo a esta situación, la guerra en Ucrania ha puesto el pie en el acelerador en algunas de estas cosas.
”Sin embargo, se siguen negociando acuerdos de libre comercio, pero también más que todo regionales, la OMC se ha venido a fortalecer un poquito más, pero todavía con dificultades.
”Aquí el riesgo es que eso tome un camino muy negativo. Si se mantiene una especie de regionalismo abierto hay balances, hay ventajas y oportunidades y el mundo puede seguir con una globalización, que no es la misma de antes, pero muy dinámica y demás.
”Pero si ese regionalismo se vuelve demasiado cerrado y muy restrictivo sí tendría muchos costos para muchos países y para la economía mundial”.
José Manuel Salazar, secretario ejecutivo de la Cepal, advierte que la contracción económica de América Latina, del 2021, fue de las más severas de los últimos 120 años; más profunda que crisis como la Primera Guerra Mundial o la Gran Depresión. (Alonso Tenorio)