EE. UU. y China dan señales de potencial acuerdo comercial

Pekín ha insistido en eliminación de los aranceles existentes; Washington parece no aceptar

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Washington. Estados Unidos y China lanzaron el viernes pasado mensajes sobre un potencial acuerdo que termine la pelea comercial que desde el año pasado enfrenta a ambas potencias y tiene en jaque a la economía mundial.

“Tenemos un acuerdo, potencialmente muy cercano”, dijo el presidente Donald Trump en la cadena Fox News, pero advirtió que su par chino Xi Jinping está más apurado. “Él quiere llegar a un acuerdo mucho más de lo que yo quiero. No estoy ansioso por hacerlo”, dijo Trump.

Poco antes Xi dijo querer un acuerdo pero también afirmó que no tiene “miedo” a una guerra de aranceles.

“Si es necesario responderemos, pero hemos estado trabajando activamente para tratar de no tener una guerra comercial”, afirmó Xi en un encuentro en Pekín.

Solo en pocas ocasiones Xi ha hecho comentarios públicos sobre el conflicto con Estados Unidos que agrava los problemas de su economía.

“Queremos trabajar para un acuerdo inicial sobre la base de mutuo respeto e igualdad”, dijo Xi.

Advirtió que las conversaciones comerciales “pueden verse afectadas por las perspectivas futuras de la economía mundial”, pero que China mantiene una “actitud positiva”.

Xi formuló estas declaraciones dos días después de que Trump se quejase de que China no estaba haciendo suficientes concesiones para llegar a un acuerdo comercial entre las dos economías más grandes del mundo.

“Como siempre dijimos, no queremos empezar la guerra comercial, pero no tenemos miedo”, dijo Xi.

El 11 de octubre, Trump anunció un acuerdo de “fase uno” que resuelve importantes reclamos de Estados Unidos sobre las prácticas comerciales y monetarias chinas.

Pero más de un mes después, las dos partes no parecen estar más cerca de finalizar el texto para acuerdo alguno.

China ha insistido en una reversión de los aranceles existentes, que Trump dijo no haber aceptado.

Los funcionarios estadounidenses quieren que China compre gran cantidad de productos agrícolas a Estados Unidos, algo que puede ser inviable para Pekín.

Ambas partes “están potencialmente muy cerca de un acuerdo” declaró Trump el viernes a Fox News.

Pero el miércoles, el mandatario estadounidense advirtió: “no creo que estén subiendo al nivel que yo quiero”.

Las negociaciones también se vieron dañadas la semana pasada por un voto en el Congreso de Estados Unidos apoyando al movimiento prodemocracia de Hong Kong.

En la entrevista con Fox News, Trump aseguró que fue su intervención directa la que evitó una masacre en Hong Kong.

Xi “tiene un millón de soldados fuera de Hong Kong, que no están yendo solo porque yo le pedí: 'Por favor no lo hagas. Estarías cometiendo un gran error. Tendrá un impacto tremendamente negativo en el acuerdo comercial”, aseguró.

Conflicto sigue latente

Para Diana Choyleva, economista jefe de Enodo Economics, los comentarios desafiantes de Xi no significan que Pekín esté a punto de ir a la ofensiva.

“Pero ciertamente reafirma mis expectativas de que China no cederá”, dijo a AFP en el foro en Pekín.

Por su parte, el exsecretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, aseguró el jueves que si Estados Unidos y China no resuelven su conflicto comercial podrían enfrentarse en una guerra.

“Si se permite que el conflicto se desarrolle sin restricciones, el resultado podría ser aún peor de lo que fue en Europa”, dijo el exdiplomático, de 96 años, durante el foro en Pekín.

Y el exsecretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, advirtió que los dos países van en mala dirección.

Según él, los crecientes obstáculos para obtener visados y para el movimiento de personas, así como las restricciones al comercio y a la tecnología y las continuas tensiones económicas “dejarían a nuestros países y al mundo entero en peor situación".