Competencia perfecta: Lo que nos dice la Encuesta Continua de Empleo

El magro desempeño de los mercados laborales no puede atribuirse exclusivamente a factores relacionados con el ciclo económico, entran en juego elementos como las menores oportunidades para mujeres y jóvenes.

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La publicación de la Encuesta Continua de Empleo correspondientes al segundo trimestre de 2019 continuó mostrando un preocupante aumento en el desempleo, tanto en términos absolutos (alrededor de 90 mil respecto al mismo periodo de 2018) como relativos (la tasa de desempleo abierto pasó de 8,7% a 11,9% en un año).

Es claro que el magro desempeño de los mercados laborales no puede atribuirse exclusivamente a factores relacionados con el ciclo económico, sino que, entran en juego además elementos estructurales como las menores oportunidades de empleabilidad para mujeres y jóvenes, la calidad de la vinculación con el mercado de trabajo (informalidad, temporalidad y subempleo), la generación y distribución del ingreso y la dualidad y segmentación del aparato productivo.

Sin embargo, el bajo crecimiento de la economía –la fase de desaceleración o recesiva por la que transitan hoy las actividades productivas– ha tenido un innegable efecto sobre la creación de empleo, y aunque ciertamente el mayor desempleo no ha sido el resultado de la destrucción de puestos de trabajo, pues en los últimos 12 meses la ocupación se mantuvo estable (de acuerdo con la encuesta, se crearon poco más de 23 mil puestos de trabajo, variación no significativa estadísticamente), si hay algunas señales preocupantes de sus consecuencias sobre el mercado laboral.

Por una parte, consistente con la naturaleza de la desaceleración, en sectores como el comercio, la construcción, la banca y las manufacturas se ha reducido el número de puestos de trabajo, pero esas caídas fueron compensadas por mayor contratación en actividades como servicios empresariales, salud, información y comunicaciones. No deja de sorprender, en tiempos de ajuste en las finanzas gubernamentales, el mayor empleo en la administración pública.

La segmentación del aparato productivo y la forma diferenciada en que dichas porciones son impactadas por la desaceleración es evidente en el comportamiento del empleo por grupo ocupacional: mientras se reduce el empleo en ocupaciones elementales, el personal de ventas y los operarios industriales, aumenta el de técnicos, profesionales.

Finalmente, aunque el aumento en el número de desocupados puede asociarse con el fuerte crecimiento en la fuerza de trabajo –alrededor de 114.000 personas– la porción de cesantes dentro de los trabajadores desempleados aumentó de 85% a 87%, señalando que buena parte de los nuevos desempleados son personas con experiencia y no recién entrantes a la fuerza de trabajo, que perdieron su empleo durante el período analizado o se reincorporaron al mercado laboral después de un tiempo de haber salido de él, posiblemente decepcionados de las oportunidades existentes.