La compleja situación económica que enfrenta nuestro país, está generando cambios en aspectos medulares dentro de la gestión de cada empresa. Uno de los temas que posiblemente se verán afectados de forma más directa se relaciona con el manejo de las cuentas por cobrar.
Se espera que la economía sufra una importante contracción en este año. En consecuencia, es de esperar que muchas empresas afronten dificultades para cancelar oportunamente sus obligaciones con proveedores y acreedores en general.
Desde la perspectiva del acreedor, y con el panorama actual, el control de las cuentas por cobrar se convierte en un tema de muchísima importancia a la hora de tomar decisiones sobre flujo de efectivo en los meses difíciles que se pronostican. Entonces, será necesario revisar, como tema prioritario, los procedimientos internos y las políticas de gestión de cobro.
La coyuntura actual requiere que las políticas internas de cada empresa permitan realizar ajustes en el manejo de las cuentas por cobrar, pues es probable que existan clientes importantes para una empresa que estén atravesando situaciones económicas complejas. De tal forma, la negociación con el cliente podría enfocarse en la búsqueda de soluciones para cada caso en específico, con la intención de mantener los ingresos futuros y buscar soluciones que generen beneficios para ambas partes.
Ahora bien, dentro de la revisión de las gestiones y políticas se debería valorar si existe la documentación necesaria para demostrar las labores de cobro efectuadas periódicamente, pues este control será fundamental de previo a la eventual calificación como incobrable de cada operación de crédito, y consecuentemente, aprovechar las pérdidas soportadas durante el año para efectos del cálculo del impuesto sobre utilidades.
Además, será necesario efectuar un análisis concreto de cada operación, con el fin de exponer y documentar las razones que acreditan la poca o nula probabilidad de recuperar los saldos pendientes de pago; en cuyo caso, los argumentos y documentación de respaldo deberán ser muy claros y demostrar los motivos por los que no sería razonable continuar con gestiones de cobro en el caso concreto.
Estos momentos de crisis han demostrado que el orden y control interno en este tipo de temas, permite contar con la información necesaria y oportuna, a fin de tomar decisiones en aras de favorecer la estabilidad y crecimiento de las empresas.