El Banco Central anunció este jueves una decisión que sorprendió a muchos: aumentó por sexta vez en el año su tasa de política monetaria después de mantenerla constante por cinco meses. El nuevo valor es de 4,75%.
Esta tasa es apenas una referencia que se usa en el mercado donde las entidades negocian recursos a muy corto plazo. Sin embargo, su ajuste lleva un poderoso mensaje: el Banco Central está dispuesto a evitar que la inflación se salga de control y a que una avalancha de personas cambien sus ahorros de colones a dólares, por mejores rendimientos en esta divisa.
Por ejemplo, en octubre, la inflación, medida por el índice de precios al consumidor, pegó un brinco. Después de mantenerse durante dos años y medio por debajo del 2% (la variación de un mes respecto al mismo mes del año anterior) en dicho mes subió a 2,3%.
“Si bien a octubre de 2017 la inflación general (interanual de 2,3%) se encuentra dentro del rango meta de la programación macroeconómica del Banco Central de Costa Rica, en meses recientes aumentó su ritmo de crecimiento, situación también manifiesta en la inflación subyacente (la que refleja el comportamiento a largo plazo)”, explicó el Banco Central por medio de un comunicado.
Otras amenazas que ve el Banco Central sobre la inflación son: que las expectativas de inflación, aunque permanecen dentro del rango meta (de 2% a 4%) están un poco altas y que el precio del petróleo sigue aumentando en forma sostenida, aunque moderada.
También el Banco Central, en su comunicado, dejó claro que no le gustan las tendencias recientes de un nuevo apetito por ahorros y créditos en dólares.
“En semanas recientes la evolución de los indicadores de ahorro financiero y crédito da indicios de una contención en la preferencia de los agentes económicos por instrumentos en colones, con respecto de los denominados en dólares. Ello introduce señales de alerta en un entorno de previsiones crecientes de aumento en la tasa de interés de referencia por parte del Sistema de Reserva Federal de Estados Unidos de América”, señaló la entidad.
Precisamente, el miércoles pasado, la presidenta de la Reserva Federal Janet Yellen reafirmó, ante el Congreso de Estados Unidos, que la entidad va a continuar el aumento gradual de las tasas de interés, a medida que se acelere el crecimiento económico de ese país.
Mejor prevenir
De las palabras del Banco Central algunos economistas interpretan que el emisor no quiere que le agarre tarde para tomar sus decisiones, como le pasó a inicios de año, cuando tuvo que subir las tasas con más precisa ante la fuerte atracción de los ahorrantes por los dólares.
El economista José Luis Arce consideró que un aspecto interesante y favorable de la decisión del Banco Central, es que parece que la experiencia que tuvo la entidad entre marzo y mayo de este año, cuando a su juicio demoró las decisiones y luego enfrentó una fuerte demanda de divisas, los ha hecho que ahora sean más oportunos.
“Probablemente el Banco Central quiere anticiparse y evitar lo que le sucedió a principios de año cuando se quedó rezagado y se produjo una fuerte devaluación y pérdida de reservas monetarias internacionales”, opinó el economista Norberto Zúñiga.
“Ante la ausencia de signos claros de mayores presiones inflacionarias y de una desaceleración de la actividad económica local en meses recientes, esta medida, a mi parecer, procuraría, fundamentalmente, preservar el premio por invertir en colones, ante una muy probable alza en la tasa de referencia del Banco Central de Estados Unidos, la FED, en este próximo mes de diciembre”, consideró, por su parte, el economista Alberto Franco.
La decisión tendrá sus costos: un aumento en las tasas para créditos podría desacelerar más la actividad económica y pone aún más en aprietos al Gobierno que urge de financiamiento en caso de que no logre obtener todo lo que quiere en los mercados externos.