Fráncfort
El Banco Central Europeo (BCE) debería anunciar nuevas medidas de apoyo a la economía europea en su reunión de mañana jueves, en un contexto de incertidumbre política marcada por el Brexit, la llegada de Donald Trump y la dimisión del primer ministro italiano, según los analistas.
El no del domingo a la reforma constitucional propuesta por Matteo Renzi tuvo menor impacto de lo esperado en los mercados pero prolonga la incertidumbre en Europa y podría llevar al BCE a mantener su programa de compra masiva de deuda.
“La incertidumbre geopolítica se ha convertido en la principal fuente de incertidumbre para los próximos meses”, reconoció la semana pasada a los diputados europeos el presidente del BCE, Mario Draghi.
En las últimas semanas, las declaraciones de Trump sobre el comercio con China o las dudas sobre el proceso del Brexit han agitado los mercados y en el 2017 habrá elecciones en Francia y Alemania, dos pesos pesados económicos y políticos en Europa.
El programa masivo de medidas monetarias lanzado en marzo por el BCE ha llevado a la inflación en la zona euro a 0,6% en noviembre, su nivel más alto desde abril de 2014, pero todavía lejos de su objetivo de una inflación cercana al 2%.
Los responsables de los bancos centrales aseguran que los créditos baratos a los bancos, los tipos de interés en niveles históricamente bajos y las compras mensuales de 80.000 millones de euros de deuda soberana han estimulado el crecimiento y la inflación.
Pero el propio Draghi reconoció el mes pasado que este crecimiento tiene sus límites y es “sumamente dependiente” del BCE.
Los analistas creen poco probable que la institución de Fráncfort reduzca su programa de compra masiva.
Por ello, además de extender su programa de compra, el BCE podría flexilibizar las normas que él mismo se impone sobre la deuda que puede comprar.
Por el momento el BCE no puede comprar más del 33% de la deuda de un mismo emisor.