El pago de los intereses de la deuda estrujó las inversiones en obra pública del Gobierno durante el año pasado.
El gasto de capital fue el principal egreso que se recortó, en el 2020, para compensar el rápido crecimiento de los compromisos con los tenedores de bonos de deuda interna y externa.
Las inversiones ejecutadas el año anterior fueron equivalentes al 1,24% del producto interno bruto (PIB), esto significó una reducción de 0,67 puntos porcentuales (p. p.) comparado con el 2019, cuando llegó al 1,91% de la producción, muestran los datos del Ministerio de Hacienda.
En números absolutos, el gasto de capital fue de ¢444.014 millones, en los 12 meses del año pasado, respecto a los ¢718.825 millones en los 12 previos, según el registro de ingresos, gastos y financiamiento del Gobierno.
Las cifras de Hacienda muestran que la principal reducción ocurrió en las transferencias de capital para el sector público y privado.
El año anterior fueron equivalentes a 1% del PIB, es decir ¢370.200 millones, frente al 1,7%, es decir, ¢657.964 millones, en el 2019.
Entre las disminuciones destaca el traslado de dinero a asociaciones de desarrollo, fundaciones, hospicios de huérfanos, y varias decenas de instituciones públicas y ministerios, confirmó el Ministerio de Hacienda.
Por su parte, el pago de los intereses de la deuda cumplió, en el 2020, el quinto año consecutivo de aumento sostenido.
En un lustro, este egreso casi se duplicó como porcentaje del producto interno bruto (PIB), muestran los datos del Ministerio de Hacienda.
En el 2020, fue equivalente al 4,69% del PIB, es decir, ¢1,68 billones, mientras que en el 2016 era de 2,81% de la producción, es decir, creció en dos puntos porcentuales en cinco años.
La contracción en el gasto de capital fue una de las razones que influyó para que el Gobierno lograra reducir su déficit fiscal, el año pasado, respecto a la previsión hecha a comienzos de la pandemia.
El déficit cerró en 8,1% del PIB, en vez del 9,2% previsto por Hacienda, a comienzos de la crisis sanitaria.
A pesar de lo anterior, el desequilibrio sigue en aumento pues en el 2019, el déficit fiscal del Gobierno Central fue equivalente al 6,7% del PIB.
Las proporciones, como referencia al PIB, se hicieron con el nuevo dato de la producción elaborado por el Banco Central, con la nueva base del 2017.
Varias razones
Elian Villegas, jerarca de esta cartera, destacó el acelerado crecimiento del pago de los intereses de la deuda, que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) frenaría, pues esa expansión estruja el resto del Presupuesto Nacional.
La mejora prevista por el jerarca es porque, con el FMI, se tendría acceso a financiamiento a menores tasas de interés, comparado con el mercado bursátil.
Para el economista José Luis Arce, Costa Rica está en una dinámica de crecimiento de la deuda, la cual catalogó como perversa.
“Tenemos niveles de deuda altos y costos de financiamiento elevados. Es producto del problema fiscal que tenemos como país. Las herramientas presupuestarias para frenarlo son pocas”, afirmó el especialista.
En el caso del gasto de capital, Villegas sostuvo que hubo la combinación de varios factores. Desde la necesidad de destinar más dinero al pago de la deuda, hasta coyunturales, por la pandemia.
Por ejemplo, el año pasado, hubo entidades estatales a las cuales no se les hizo el depósito de recursos, pues se giró una directriz de utilizar los superávit presupuestarios de años anteriores, antes de solicitar dinero.
Además, porque hubo una caída en los ingresos de impuestos con destino específico, como en los combustibles.
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“Muchas de las transferencias de capital son menores porque se gira menos y algunas se financian con destinos específicos y al caer (la recaudación) de dicho destino, se ve una baja”, explicó Villegas.
Además, destacó que en el 2020 se notó una baja relevante, frente al 2019, porque al cierre de ese último año hubo gastos de capital extraordinarios.
Tanto Villegas como Isaac Castro, viceministro de Hacienda, citaron que el país capitalizó, por $100 millones, al Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y se hizo una transferencia de recursos para inversión en la red urbana de carreteras, proveniente de empréstitos internacionales.
Para los próximos años, el Ejecutivo ordenó a las instituciones públicas que conforman el Gobierno Central, recortar gastos en bienes y servicios, remuneraciones eventuales y suplencias, con el objetivo de lograr un superávit primario en el 2023, tal como se le expuso al FMI.
“El gasto de capital no será el sacrificado en los próximos años, pues fue uno de los compromisos que se estableció en la mesa de diálogo nacional”, destaco el jerarca de Hacienda.
Para el economista Fernando Naranjo, el Gobierno no debería recortar gasto de inversión porque son precisamente los que permitirán al país crecer en los próximos años.
Salarios y transferencias
Por otra parte, el Poder Ejecutivo sí logró contener el incremento de los rubros de remuneraciones y transferencias corrientes que son los gastos más elevados del Presupuesto Nacional.
Las transferencias corrientes ascendieron, el año pasado, al 7,90% del PIB, lo cual significó un incremento del 0,17 puntos, comparado con el 2019, según Hacienda.
En este rubro, el cual fue de ¢2,83 billones en números absolutos, se incluye el traslado de dinero a instituciones públicas para su operación normal.
En el caso de las remuneraciones, el egreso fue equivalente al 6,92% de la producción (¢2,48 billones), lo cual implicó un incremento de 0,3 puntos porcentuales respecto al gasto ejecutado en el 2019.
Entrevista
Elian Villegas: ‘Hubo recorte en gasto de capital porque se nos caían los ingresos’
El ministro de Hacienda, Elian Villegas, aseguró que la inversión no será sacrificada para lograr un equilibrio en las finanzas públicas.
– ¿El rápido incremento del pago de los intereses de la deuda es lo que estruja el gasto público?
– Si no tuviéramos el problema de la deuda, estaríamos bien colocados con el ajuste hecho para lograr que la Hacienda Pública no estorbe a la economía en general. La proyección era que cerrara por encima del 70% del PIB y, al final, cerramos un poco por debajo del monto, el año pasado.
”Se hace necesario, ahora, lograr un superávit primario para lograr disminuir la deuda. Hasta que no lleguemos ahí, vamos a estar con problemas”.
– ¿Hay margen para reducir ese rápido incremento de la deuda?
– Precisamente ahí entra el acuerdo con el Fondo (Monetario Internacional), porque se busca garantizar la sostenibilidad de la deuda.
”Es generar el marco adecuado para que podamos cambiarle la curva, no crezca y empiece a bajar. Pero para nosotros lo importante es que el déficit fiscal no se nos fuera de las manos”.
– En el gasto de capital se cortó de manera relevante según los datos publicados. ¿Por qué?
– Gasto de capital no son solo puentes y carreteras. Hubo un gasto importante, en el 2019, que fue el CAF, fueron $100 millones (para la capitalización).
”También aumentó porque hubo un ingreso de crédito externo y se transfirió al Conavi, para el tema de red urbana.
”Muchas de las transferencias de capital fueron menores, primero, porque se giró menos, y porque muchas se financian con destino específico. Al caer (la recaudación), también hubo parte de razón. Por ejemplo, el impuesto a los combustibles financia el tema de carreteras, pero hubo merma”.
– ¿Entre los recortes presupuestarios del 2019, hubo gasto de capital?
– En uno, sí hubo recorte en la partida de gasto de capital porque se nos caían los ingresos.
”También se dio una orden a las instituciones de que debían usar sus superávits presupuestarios, porque no se iba a girar dinero”.
– Parte del ajuste fiscal que negocian con el Fondo es recortar el gasto en los próximos años. ¿Existe margen para ese recorte o se sacrificará el gasto de capital?
– Ya giramos una directriz de recortar gastos en bienes y servicios, remuneraciones eventuales, suplencias, y frenar el alza en las transferencias. Por ahí vendrá mucho del recorte.
”El gasto de capital no será el sacrificado en los próximos años, pues fue uno de los compromisos que se estableció en la mesa de diálogo nacional”.