¿Se imagina cómo sería una casa acondicionada en la mitad de la estructura de un autobús? Esa opción existe en Costa Rica, como parte de la operación de la firma MicroMacro, una de las empresas matriculadas en la tendencia de las tiny houses o minicasas.
Los promotores de estas iniciativas en el país apuntan a múltiples características para atraer compradores potenciales, pero dos destacan sobre las demás: la velocidad de entrega y el precio. El medio bus, por ejemplo, se podría obtener por $15.000, amueblado. El bus completo, con 38 metros cuadrados (m²), ronda los $35.000 y podría estar listo en un par de semanas. Un contenedor se podría acondicionar en pocos días.
LEA MÁS: Remodelaciones se mantuvieron en pie en 2020 pese a desplome de la construcción
Su atractivo aumenta si se considera el alza en costos de materias primas internacionales para construcción. En el índice de precios del sector, específicamente vivienda de interés social, la variación interanual reportada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en abril, fue del 11,47% comparado con el mismo mes del 2020.
El reto para el movimiento de las microcasas son los vacíos legales para este tipo de opciones de habitación. El Reglamento de Construcciones del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU) establece que la medida mínima de una casa para ser considerada habitable es 30 m².
“Artículo VI. 3.1. Área por vivienda: Treinta metros cuadrados (30 m²) para unidades de un dormitorio (hasta dos personas) y diez metros cuadrados (10 m²) sobre los treinta mínimos, por cada dormitorio adicional.”
LEA MÁS: Casas y edificios amigables con ambiente ganan terreno en Costa Rica
En las opciones de autobuses y contenedores, se podría considerar que quedan fuera de esa ley porque su adecuación no involucra construcción tradicional. Pero estar en un limbo legal también es incoveniente de cara a otros trámites, como permisos, acceso a servicios públicos y financiamiento.
Olman Vargas Zeledón, director ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA), explicó que la tendencia apunta a grupos familiares muy reducidos, parejas o personas solas, normalmente jóvenes. Si las casas están ancladas, es decir, si se quedarán dentro de una propiedad en forma permanente, algunos retos se resuelven con más facilidad.
“Se debe contar con la asesoría de profesionales ingenieros o arquitectos, quienes serán los responsables del desarrollo del proyecto. Se deben ubicar en lotes que tengan las facilidades para instalaciones eléctricas o sanitarias externos al esquema de la minicasa, y estar dispuestos a vivir en un espacio muy pequeño pero funcional. Es más complicado si se quieren que sean rodantes, porque debe de resolverse el esquema de las instalaciones en los lugares donde se vayan a instalar temporalmente”, comentó Vargas.
Además, Johnny Mora, director ejecutivo de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Creativa, enfatizó en que este estilo de vida no es para todos.
“Las minicasas tienen la particularidad de que debido a su estilo de diseño arquitectónico se desestimula el uso excesivo de mobiliario, por lo que se modifica el consumo al tener espacios de almacenamiento más reducidos. Este estilo de vida se podría considerar una aventura debido a las implicaciones espaciales de los espacios reducidos. Muchas personas convierten este tipo de espacios en sus proyectos de vida”, recalcó Mora.
Una mezcla de consideraciones ambientales, diseño funcional y ubicación estratégica puede atraer a compradores interesados en estilos de vida sostenibles, y con los fondos suficientes para comprar sin recurrir a financiamiento. Otros públicos metas para estas estructuras podrían ser los nómadas digitales.
¿Qué ofrecen?
Las casas pueden ser tan “mini” como el comprador decida. Los modelos Ca-Bus y Cu-bus de MicroMacro tienen 25 y 20 metros cuadrados (m²), respectivamente, donde se incluyen cocina, fregadero, sofá cama, cama matrimonial, baño completo y comedor-terraza. En su página de Facebook también ofrecen autobuses completos y funcionales (se pueden conducir) con área de 38 m² y más amenidades. E incluso habilitaron un modelo tipo Ducato (sin motor) a partir de los $10.000. Este tipo de auto es común en Europa como base para minicasas móviles.
Otras empresas como Container Homes y Costa Rica Tiny Houses se han especializado en la construcción de minicasas a partir de contenedores de metal. Y también las desarrolladoras tradicionales han tramitado permisos para viviendas pequeñas, tipo loft o independientes con áreas entre 35 m² y 50 m², aunque el CFIA aseguró que los proyectos con estas características son “muy pocos”.
James Lee, de Container Homes, aseguró que lleva 18 años en el negocio, y su compañía ha modificado más de 175 contenedores, desde San Ramón de Alajuela, muchos de los cuales eran minicasas. Sin embargo, al principio estaban fuera de la tendencia de uso para vivienda permanente: su público meta es mayoritarmiamente expatriados con terrenos en el país que buscan poner una propiedad en alquiler, o colocar una vivienda temporal.
“Eran casas hechas con contenedores pequeños que la gente solía alquilar en AirBnB. Muchos contenedores solo los modificamos, hicimos el metal y la soldadura. Estos se utilizaron en algunos hoteles y restaurantes de Costa Rica”, relató.
Su operación incluye dos tamaños de contenedor de envío, 15m² y 30m². Estos se pueden unir o apilar, para disponer de un área mayor. Un dúplex se puede adquirir a partir de $16.500.
“Algunas de estas viviendas se consideran una ‘estructura no permanente’ y no requieren permisos. Especialmente si van sobre ruedas. Alentamos a nuestros clientes a obtener todos los permisos necesarios y ayudar en este proceso con su municipio local. La casa se construye completamente en el sitio y luego se entrega y se conecta a la electricidad y al agua”, explicó Lee.
Mark Sydney, de Costa Rica Tiny Houses relató que empezaron hace cuatro años y han entregado tres casas: una de cuatro contendores en Playa Hermosa, la segunda (29,7 m²) para un cliente canadiense, instalada en su terreno entre Quepos y Dominical, y la tercera (29,7 m²) para un clienta norteamericana, en su terreno en Playa Hermosa,
“Sin porches, balcones, ni detalles similares, cada casa de un contenedor mide 29,7 m²”, puntualizó Sydney.
Estas viviendas, en un lote propio, se pueden adquirir desde $33.000.