La pandemia del coronavirus puso en crisis al icónico metro de Nueva York, el transporte por excelencia de la ciudad, que ha visto reducidos sus usuarios.
La crisis mermó sus ingresos y ahora amenaza con reducir en 40 % sus servicios si no recibe apoyo económico para resolver la baja de usuarios.
En total, espera obtener $12.000 millones que le permitan tener un respiro en la crisis. Se calcula que 8,6 millones de neoyorquinos utilizan el metro porque no poseen vehículo. Muchos de ellos, sin embargo, continúan en trabajos desde sus casas por lo que la movilidad se ha visto reducida.
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La Metropolitan Transport Authority (MTA) es la responsable de este sistema y considera que el número de pasajeros en las dos líneas suburbanas ha tenido un descenso del 75%, esto incluye el que va al norte de la ciudad y a Long Island.
“Ni siquiera durante la gran crisis de los años 30 se tuvo una caída de pasajeros tan fuerte y duradera”, indicó Patrick Foye, presidente de la MTA, en una reunión del directorio retransmitida por video.
Al interior del metro y los trenes, el uso de mascarilla es obligatorio, también se han activado fuertes protocolos de limpieza en vagones y estaciones.
Desde mayo, las 420 estaciones del metro cierran para tener una limpieza profunda, algo que no pasaba desde 1904.
El descenso de usuarios también se ha registrado en los buses, considerados más seguros, donde la contracción roza el 35% de pasajeros.
El objetivo es advertir y convencer al gobierno federal que inyecte $12.000 millones para sacar a flote una red de transporte “vital” para la economía de Nueva York y del país en general, explicó Robert Foran, director financiero de la MTA.
“La MTA tuvo uno de los desafíos más extraordinarios de todos los tiempos (...), continuar con su servicio durante la pandemia porque era la única manera de que los trabajadores esenciales llegaran a sus destinos”, concluyó el vocero.