Washington. Estados Unidos y China reanudaron este viernes 9 de noviembre contactos de alto nivel tras meses de creciente tensión y procuran resolver desde sus diferencias comerciales hasta cuestiones de derechos humanos.
Yang Jiechi, arquitecto de la diplomacia china, y el ministro de defensa, el general Wei Fenghe, encabezan la delegación enviada a Washington para reanudar conversaciones, tras una ola de fricciones atizadas por la campaña hacia las elecciones estadounidenses de medio mandato celebradas el martes.
Ocho funcionarios chinos, la mitad de ellos uniformados, se reunieron con una delegación estadounidense encabezada por el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el de Defensa, Jim Mattis, un mes después que la visita de este último a Pekín fuera cancelada.
Las conversaciones ocurren algunas semanas antes de que los presidentes Donald Trump y Xi Jinping coincidan en Buenos Aires en la Cumbre del G20 que potencialmente es una oportunidad para realizar anuncios sobre la resolución de divergencias.
El diálogo en Washington se enfoca en primer lugar en cuestiones de seguridad, pero el comercio está en el centro de las tensiones entre las mayores economías del mundo.
Trump aplicó aranceles a productos importados de China por $250.000 millones tras acusar a Pekín de aplicar prácticas comerciales desleales. China replicó tomando medidas similares contra Estados Unidos.
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Mientras algunos analistas comentan que Estados Unidos parece embarcado en una suerte de nueva Guerra Fría con China, el embajador de Washington en Pekín, Terry Branstad, dijo que su gobierno no quiere una confrontación.
“Con China queremos una relación constructiva y orientada hacia resultados. Estados Unidos no busca contender con China. Queremos franqueza y reciprocidad”, dijo a periodistas.
En Pekín, el ministerio de Relaciones Exteriores dijo que China espera que las conversaciones “traigan buenos resultados” y ayuden “a profundizar el entendimiento” y “acelerar la cooperación entre ambas partes”.
Mientras tanto, las exportaciones de China a Estados Unidos volvieron a aumentar en octubre, en parte como resultado de intermediarios comerciales que se apresuraron por adelantarse a un nuevo incremento a los aranceles, que son parte de la disputa entre ambas naciones derivada de la política tecnológica de Pekín.
Las exportaciones chinas a Estados Unidos, el mayor mercado de China, han mostrado una resistencia imprevista desde que el presidente Donald Trump comenzó en julio a imponerles aranceles punitivos debido a los roces de Washington con Pekín.
Las exportaciones aumentaron en octubre 13,3% frente al mismo mes del año anterior, a $42.700 millones, un incremento frente al de 13% registrado en setiembre, según estadísticas de aduanas difundidas el jueves.