En los últimos días, Costa Rica le dijo adiós a miles de turistas que tuvieron que interrumpir sus vacaciones por la pandemia que causa el COVID-19. La cifra de visitantes que estaban varados en el país, al 31 de marzo, no era clara, pero lo que sí se sabe es que al 27 de marzo se había coordinado la repatriación de 1.700 extranjeros que permanecían en suelo nacional.

Esa cifra no solo corresponde a vacacionistas sino que incluye a extranjeros que vivían en Costa Rica y que decidieron retornar a su país, según confirmó la oficina de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, ante la consulta de este medio.

Antes del cierre de fronteras (medida que comenzó a regir el 18 de marzo) se calculaba la presencia de más de 45.000 turistas en diferentes zonas del país. Estos visitantes, en su mayoría, ya pudieron retornar a su país, de acuerdo con la información brindada por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT).

Para la repatriación se mantuvo en coordinación con el Ministerio, cuerpos consulares, aeropuertos internacionales y aerolíneas.

Mediante la Dirección General de Protocolo, Ceremonial del Estado y Culto de la Cancillería se tramitaron permisos de sobrevuelos, autorizaciones de ingreso de turistas extranjeros en vuelos de conexión e ingresos de aeronaves.

Adicionalmente se realizaron gestiones de ayuda humanitaria y médica para garantizar la salida de los solicitantes.

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Para cumplir la tarea algunos estado enviaron aviones para repatriar a sus ciudadanos en vuelos especiales, y se permitió el ingreso de extranjeros que se encontraban en Centroamérica para que desde San José pudieran retornar a destinos Europa, Japón, Turquía, Rusia o Israel.

En total, se coordinó la repatriación de personas hacia 28 países, según el ICT y el Ministerio.

Las aerolíneas que brindaban vuelos hasta Costa Rica, poco a poco, han suspendido los servicios de manera temporal.

De 28 aerolíneas que ofrecen vuelos desde el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría solo tres aerolíneas brindaron servicios de rescate entre el 29 de marzo y el 1.° de abril, se trata de Delta, Edelweiss y Lufthansa. De acuerdo con el reporte de operaciones y vuelos internacionales del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría publicado en su sitio web, el 31 de marzo

Apoyo con sector privado

En medio de la emergencia el sector privado brinda atención a los visitantes extranjeros que aún se encuentran en el país, según el ICT. Esta institución indicó que algunos hoteles cobran tarifas reducidas a los visitantes que no pudieron salir de Costa Rica, por los cambios que experimentaron los vuelos.

Sin embargo, el ICT no dio cifras sobre cuántos hoteles ofrecen estas ayudas, lo que sí indicó es que los empresarios prefieren mantenerse bajo el anonimato.

Una de las empresas que brinda alojamiento de emergencia es el Wyndham Herradura, que desde el pasado viernes 27 de marzo y hasta el lunes 30 había alojado a cerca de 50 turistas, según confirmó la administración del hotel.

Para brindar el servicio esta empresa envió cartas a las embajadas para ofrecer sus instalaciones y evitar que los turistas tuvieran que pasar la noche en los aeropuertos, aún cuando no tuvieran cómo pagar hospedaje.

El pasado lunes 30 de marzo el Wyndham Herradura confirmó que la mayor cantidad de turistas que se encontraban en sus instalaciones eran europeos. Pese a la crisis económica que pasa el sector, el hotel mantendrá esta ayuda “hasta que sea necesario”, confirmó la administración.

Por su parte, algunas regiones turísticas se organizan para generar un banco de alimentos, según información del ICT.

El sector privado también brinda ayuda al sector salud y las arrendadoras de vehículos ofrecieron sus servicios a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para trasladar medicamentos.

Los empresarios turísticos tuvieron impacto inmediato producto de la pandemia del covid-19 y en este momento están en temporada cero. Situación que traerá consecuencias negativas para el país pues esta es una industria vital, que aporta el 6,3% del Producto Interno Bruto (PIB), según una medición estandarizada que se hizo entre el 2012 y el 2016 entre el Banco Central de Costa Rica (BCCR) y el ICT.