Los ingresos por intereses, dividendos y alquileres del exterior que reciban las personas domiciliadas en Costa Rica, pagarán un impuesto sobre la renta de 15% si llegara a prosperar la tercera versión del proyecto de reforma fiscal que se tramita en la Asamblea Legislativa.
La última versión del plan incluyó el concepto de “renta mundial” a petición del Partido Acción Ciudadana.
Según esta modalidad, las rentas en el exterior que reciben residentes en Costa Rica tributarán en nuestro país, pero en el caso tico es un concepto limitado porque solo se aplicará a las “rentas pasivas del capital”.
Esas son rentas que provienen de capitales invertidos, como los intereses, los dividendos, los alquileres y las regalías (por ejemplo, el ingreso que se recibe por la explotación de una marca), señaló el abogado Rafael González.
No incluye los ingresos por pensiones, por remesas que envían personas que trabajan en el exterior a sus familias en Costa Rica, los ingresos por trabajo o las rentas de actividades lucrativas desarrolladas en el exterior (como las utilidades de una empresa).
Los asesores del Ministerio de Hacienda, Carlos Vargas y Jordi Prat, explicaron, vía correo electrónico, que, de acuerdo con el texto propuesto, si el contribuyente pagó en el exterior un monto equivalente en impuestos al 15% del ingreso recibido, entonces no tendrá que cancelar el impuesto en Costa Rica, pero si el impuesto pagado en el otro país es menor, tendrá que pagar la diferencia en nuestro país.
Aclararon que para ello no se requerirá que Costa Rica tenga un acuerdo para evitar la doble imposición, con el otro país.
Adrián Torrealba, exdirector de Tributación, señaló que una ventaja es que el nuevo plan “equilibra la elección de invertir en el mercado financiero interno o externo”.
La razón es que el plan también propone un tributo de 15% sobre las rentas pasivas del capital que se reciben en el mercado interno.
Como desventaja, comentó que “al generalizar que solo se grave al ingreso al país podría motivar para que la gente se desplace al extranjero a gastar esa renta”.
González añadió entre los inconvenientes, que controlar el impuesto podría requerir un esfuerzo muy grande de Tributación y la recaudación podría ser pequeña.
Una dificultad es identificar cuándo el ingreso corresponde al capital de una inversión y cuándo a los intereses.
Esta no es la primera vez que en Costa Rica se quiere aplicar la renta mundial.
En el proyecto presentado a la Asamblea Legislativa por el gobierno del presidente Abel Pacheco (2002-2006) se intentó introducir este tributo; el plan se aprobó en primer debate en el 2006, pero la Sala Constitucional lo objetó.
Torrealba, quien participó en la elaboración de dicho plan, explicó ayer que en la reforma anterior el principio general era que todas las rentas de fuente extranjera estaban gravadas, pero se exoneraban las obtenidas por actividades empresariales realizadas en el exterior (dividendos o utilidades de establecimientos permanentes). Con la actual pasa lo mismo, pero también las rentas de actividades profesionales en el exterior estarían excluidas de imposición.