San José.
Un total de 107 conglomerados con población en situación de pobreza en diferentes grados, en todo el territorio nacional, quedaron identificados y ubicados geográficamente mediante un estudio, realizado por especialistas del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE), de la Universidad de Costa Rica (UCR).
El análisis llega al nivel de detallar las carencias de los hogares y ubicarlos geográficamente en pequeños espacios (hasta en cuadras en el caso del casco metropolitano), de tal manera que la información facilite la definicion de políticas y el destino de los recursos que el Estado utiliza en programas contra la pobreza, explicó Max Alberto Soto, director del IICE.
El estudio fue realizado por Leonardo Sánchez y Juan Diego Trejos, ambos investigadores de ese instituto de la UCR. Se basó en los datos del censo nacional del 2011, pero la información fue superpuesta con otras bases de datos, como las de salud (ubicación de los centros de atención), educación (acceso a escuelas y colegios), áreas con peligro a desastres naturales y las rutas de servicio de transporte público.
De esa manera se llega a identificar en el análisis los hogares en pobreza y cuántas necesidades basicas insatisfechas (NBI) tienen, mediante la integración de los bases de datos.
Las cinco variables que se utilizaron son acceso a albergue digno, acceso a vida saludable, acceso al conocimiento (educación) y aceso a otros bienes y servicios.
Un total de 26 de los 107 conglomerados que se identificaron en el país están en la Gran Área Metropolitana; en la región Chorotega se encontraron 19; en la Huetar Atlántica 18; en el Pacifico Central 12; en la Brunca (sur) 12; en la Huetar Norte 11 y en lo que el estudio denomina resto de la región Central se determinaron nueve conglomerados.
La identificación de esos conglomerados llega a niveles de especificidad tales que los programas estatales pueden definir si en ellos la carencia principal es la salud o la educación, o si se trata de falta de trabajo. Ese aporte logrado mediante la superposición de bases de datos es lo que facilitará un destino más eficiente de los recursos, explicó Sánchez, coautor del análisis.
Los detalles específicos se logran al aplicar una metodología de unidades geoestadísticas mínimas (UGM), las cuales son pequeños territorios referenciados geográficamente y con características propias, explicó Sánchez.