Precios más estables en los carros, una reducción en los costos de los electrodomésticos y mayor acceso a vivienda, son parte de los beneficios que ha tenido la escasa fluctuación del tipo de cambio del dólar, durante los últimos tres años.
En mayor o menor medida, todos ellos son frutos positivos que ha dejado el sistema de bandas con el cual se establece el precio del dólar respecto del colón, que esta semana cumple siete años de vigencia.
En el caso de los automotores, el índice de precios del consumidor para adquirir vehículo, muestra que a partir del 2009 comenzaron a tener precios más estables.
Ana Lucrecia Vargas, directora de Mercadeo del Grupo Danissa, que distribuye los autos Nissan, explicó que el precio del dólar ha beneficiado a los clientes; no obstante, en la comercialización también influyen otros factores como la tasa de interés, la situación del país y del consumidor.
En electrodomésticos, que la mayoría son importados y por ende se pagan en dólares, el índice de precios al consumidor muestra una reducción en casi todos en el periodo de las bandas, aunque también pueden influir otros factores.
Ejemplos de enseres que bajaron de precio en ese plazo son la refrigeradora, la lavadora, la cocina y el televisor.
En vivienda, Guillermo Carazo, vicepresidente de la Cámara de la Construcción, explicó que la estabilidad en el dólar no influye tanto en el costo de construcción, pues muchos de los materiales se producen en el país y lo que se importa son algunos acabados.
No obstante, el precio estable del dólar permitió mayor acceso, pues las cuotas de los créditos en dólares son cerca de 20% más bajas que en colones y, por lo tanto, los ingresos que requieren los hogares también son más bajos, lo cual brinda más acceso.
Francisco de Paula Gutiérrez, quien era presidente del Banco Central cuando arrancaron las bandas, el 17 de octubre del 2006, explicó que el sistema rompió la inercia inflacionaria provocada por la devaluación constante del colón.
Y es que antes de las bandas, los comerciantes que vendían artículos importados o servicios en dólares, siempre subían el precio acorde con las minidevaluaciones.
Gutiérrez explicó que la otra vía por la cual el sistema ayudó a bajar la inflación fue por la mayor independencia en el manejo de la política monetaria, al no estar el Banco Central obligado a intervenir permanentemente en el mercado.
La sobrevaloración. Empero, el esquema también ha dejado secuelas negativas. Gutiérrez reconoce que un aspecto preocupante del sistema es la apreciación real de la moneda que afecta a exportadores y a sectores nacionales que compiten con los importadores.
Para el consultor Andrés Volio, la sobrevaloración del colón es una espada de Damocles, que no ve solo quien no desea verla y que causó una grave pérdida de competitividad de las exportaciones de bienes y servicios. “Se podría decir que este torpe experimento puso en jaque nuestra estrategia de desarrollo. No ha sido sustituida por ninguna otra; por ahora estamos en el limbo”, comentó Volio..