La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó que la producción de Costa Rica caerá 3,6% en el 2020 debido a la pandemia del nuevo coronavirus; esto en el lanzamiento de su informe Dimensionar los efectos del COVID-19 para pensar en la reactivación, publicado el martes 21 de abril.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial estimaron una contracción de 3,3% en la producción nacional para este año.
Para América Latina y el Caribe, la organización prevé que la región afrontará su peor contracción desde 1914 (-4,9%) y 1930 con la Gran Depresión (-5%), con una contracción regional promedio de 5,3% para 2020.
En tanto, para América Central la caída sería de -2,3%, afectada por la caída en el turismo y la reducción de la actividad de Estados Unidos, su principal socio comercial y fuente de remesas.
En un comunicado de prensa, la organización explicó que desde antes de la pandemia, América Latina y el Caribe ya acumulaba casi siete años de bajo crecimiento, con un promedio de 0,4% entre 2014 y 2019.
El documento plantea que la crisis del coronavirus se ha transmitido a América Latina y el Caribe por medio de cinco canales: una reducción del comercio internacional, la caída de los precios de los productos primarios, la intensificación de la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales, una menor demanda de servicios turísticos y una reducción de las remesas.
“Los efectos del COVID-19 generarán la recesión más grande que ha sufrido la región desde 1914 y 1930. Se prevé un fuerte aumento del desempleo con efectos negativos en pobreza y desigualdad”, declaró Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.
La tasa de desempleo se ubicaría en torno a 11,5%, un aumento de 3,4 puntos porcentuales respecto al nivel de 2019 (8,1%). De esta forma, el número de desempleados de la región llegaría a 37,7 millones.
Por otro lado, la caída de -5,3% del PIB y el aumento del desempleo tendrían un efecto negativo directo sobre los ingresos de los hogares y su posibilidad de contar con recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas.
“En ese contexto, la tasa de pobreza en la región aumentaría en 4,4 puntos porcentuales durante 2020 al pasar de 30,3% a 34,7%, lo que significa un incremento de 29 millones de personas en situación de pobreza. Por su parte, la pobreza extrema crecería en 2,5 puntos porcentuales pasando de 11,0% a 13,5%, lo que representa un incremento de 16 millones de personas” añade el comunicado.
“Los países de la región han anunciado medidas importantes, las que deben ser reforzadas mediante la ampliación del espacio fiscal", manifestó Bárcena.
"Es urgente acceder a recursos financieros con base en un apoyo flexible de los organismos financieros multilaterales, acompañado de líneas de crédito a bajo costo, alivios del servicio de la deuda y eventuales condonaciones. Además, se requiere repensar el modelo de inserción de la región y las alternativas de reactivación a la luz de los cambios estructurales que ocurrirán en la globalización y el mundo post COVID-19”, agregó la alta funcionaria de las Naciones Unidas.