De los casi 600 acreedores de Aldesa hay una minoría, el 1% dice Javier Chaves, que quiere sangre y presentó una denuncia penal en su contra.
Cuando cierran arreglos de pago, otra parte de los inversionistas, está muy enojada y siente desconfianza. Otro grupo, que son inversionistas y amigos, son afables y entienden la situación, cuenta el Presidente de la empresa bursátil.
Este domingo 8 de marzo se cumplió un año desde que la compañía solicitó la intervención judicial ante el Juzgado Concursal, para enfrentar sus problemas de liquidez.
El empresario hizo un repaso del estado de la situación de los proyectos y las dificultades judiciales. A continuación un extracto de la entrevista con La Nación, realizada el 5 de marzo.
– ¿Cuál es el estado de los acuerdos anunciados entre Aldesa y parte de sus acreedores?
– Llevamos $65 millones en diferentes proyectos totalmente firmados y entregados los activos a los diferentes acreedores. Estamos en proceso de firmar otro, por $5 millones adicionales, para llegar a $70 millones. El de los $5 millones es el proyecto de El Coyol (Terra Industrial).
“Tenemos proyectos futuros por resolver, en los próximos meses, para llegar a unos $100 millones que es el 50% (de la deuda).
“Más o menos la mitad del problema de Aldesa es Monte del Barco y la otra mitad es la sumatoria de los demás proyectos”.
– ¿Cuáles fueron los proyectos dados que suman los $65 millones?
– El más grande es Terra Verbena, en Alajuelita, con casi $50 millones. Se entregó a un fideicomiso que opera con la fiduciaria Cofín (Consultores Financieros) y se nombró un comité de inversionistas, como una especie de junta directiva. Se reúnen con el Banco Promérica que lo financió y el constructor, que es Traesa.
“Los otros proyectos son el edificio donde está Aldesa que fue por $4 millones. En proyectos de Graviton (empresa de energías renovables en marca) eran $6 millones. Luego uno en Puntarenas, Monte del Cristo por $2 millones”.
– ¿Con cuántos acreedores ya llegaron a acuerdos?
– Aproximadamente unos 150 acreedores, de los 600 que eran originalmente.
– En los negocios donde no hay acuerdo, ¿la deuda sigue creciendo?
– Seguimos contabilizando los intereses. No sé si vamos a tener activos suficientes para pagar los intereses.
“El perito entrega el informe este mes de marzo. Ese es el último paso. Si el perito dice que sí lo que sigue es la apertura del procedimiento. Creo que estamos prontos a que el proceso comience.
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“Cuando comience se cuentan tres años, pero ya pasó el primero. Entonces se convertirá en un carga, porque son intereses de cuatro años sobre $200 millones o $100 millones, es mucho dinero.
“Estamos concentrados en devolver los principales, más que devolver los principales con intereses. Nadie estaría más feliz que yo en reconocer hasta los intereses. Eso sería fabuloso”.
– ¿Cómo ha sido la relación de la empresa y suya con los acreedores?
– Si lo vemos en números, de 592 inversionista, seis nos denunciaron penalmente. Ese es el 1%. Diría que es el extremo, el 1% quiere sangre y denuncia penalmente.
“Cuando hacemos los arreglos de pago, más o menos el 10% se muestra muy molesto. Caló la desconfianza y enojo. Nadie está feliz, no es una buena situación.
“En el otro extremo hay personas que siendo acreedores y amigos, nos han mantenido la relación sin problema. Son afables y reiterado su amistad, a pesar de la situación.
”Del resto nadie está feliz, pero son personas que racionalmente quieren su plata, no quieren pelear y no tienen un rencor particular”.
– ¿Cómo ha sido seguir con proyectos en marcha cuando hay un tema reputacional, principalmente para convencer a inversionistas?
– A pesar del riesgo reputacional, que lo entiendo perfectamente, seguimos teniendo acceso al sector empresarial, a los bancos, hemos mantenido las buenas relaciones que habíamos cultivado en 50 años.
“De nuestro tiempo dedicamos mucho a labores defensivas. Entonces trabajamos en estructurar estos proyectos, buscar recursos y cosas que debemos hacer; y sale la Superintendencia, por ejemplo, y nos obliga a fingir que tenemos abierto el puesto de bolsa.
“Es una barbaridad de la Superintendencia, cerramos la operación y devolvimos toda la cartera, es público. Pero la Superintendencia insiste en mantenernos abiertos para poder seguir con órganos directores.
“Luego, la Fiscalía efectúa un allanamientos porque seis de 600 inversionistas presentan una denuncia. Hoy en día todavía tienen archivos, que se necesitan para trabajar.
“Vine otro día el ICT y nos mete lo de las concesiones. Viene el Banco Lafise y decide hacer el remate.
– ¿Dónde visualiza a Aldesa de aquí cinco años?
– La visualizaría como dos empresas que seguirán en marcha. Una es Graviton y otra es la reactivación de Monte del Barco, que es suficientemente grande como para que nos dediquemos un buen tiempo.
Monte del Barco, la clave
– ¿Cuál es el estado legal de los procesos en contra de Monte del Barco?
– Lo que se presentó al Juzgado Concursal fue un alegato nuestro de que había una garantía excesiva (de Lafise). Creemos que se resolverá a nuestra favor.
– ¿Para qué pidieron el crédito a Lafise?
– Se había pedido un crédito, hace más de 10 años, cuando el proyecto estaba operativo el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), nos aprobó un crédito de $35 millones, eso le hablo de 2008. Era un crédito totalmente aprobado por el directorio del BCIE.
“Esos $35 millones nos los iban a desembolsar, entonces como un crédito puente le pedimos a Banco Lafise $10 millones y los usamos en el proyecto. Posteriormente se vino la crisis inmobiliaria, del 2008, y el Banco Centroamericano nos dijo que no nos iban a desembolsar los $35 millones, al no dar los recursos no tuvimos crédito de repago.
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“Entonces, en estos 10 años, Aldesa le invirtió dinero a Monte del Barco para que pudiera mantener al día el crédito con Lafise, se amortizó y el saldo hoy es de menos de $5 millones”.
– ¿En Monte del Barco es donde ocuparán más la intervención judicial?
– Sí, al final se va a empatar ese activo grandísimo que es Monte del Barco. El proyecto tiene un potencial de venta de $800 millones, es muy grande. De ahí saldrían muchos recursos para pagar a los acreedores.
– ¿Se ha avanzado en el último año?
– Hace un año atrás estuvimos a punto de cerrar con un inversionista el hotel. Lamentablemente, en enero no fue posible, pensé que se iba a cerrar, porque habíamos hasta firmado. Pero ellos incumplieron ya cuando tenían que hacer el pago.
“En este momento tenemos dos nuevos contactos, con dos empresas, que se especializan en levantar fondos en proyectos como Monte del Barco. Uno es mexicano y el otro español”.