El Ministerio de Hacienda contará este año con menos ingresos previstos para financiar el presupuesto del 2019 que los que tuvo el Gobierno anterior, en agosto del 2017, para poder financiar el plan de gastos del presente periodo.
Según la certificación que entregó la Contraloría General de la República (CGR) el 7 de agosto pasado a Hacienda, los ingresos previstos para el 2019 ronda los ¢5.087.023 millones.
Cuando la administración de Luis Guillermo Solís hizo el presupuesto del 2018, en agosto del año pasado, los ingresos certificados por la CGR fueron de ¢5.187.316 millones.
En el 2018 el presupuesto aprobado fue de ¢9,3 billones y para este año se espera uno mayor debido a que el incremento en el saldo de la deuda eleva el gasto por intereses, por lo tanto las cifras indican que cerca de la mitad del presupuesto del 2019 será financiado con deuda.
Ante la fuerte desaceleración que se ha presentado este año en los ingresos del Gobierno, que provienen principalmente de impuestos, la Contraloría también realizó una nueva estimación de entradas de dinero para el 2018, por ¢4.849.912 millones, la cual entregó al Ministerio de Hacienda, el 10 de agosto pasado.
Con este recorte quedaron ¢337.000 millones de gastos que se iban a financiar con ingresos (sobre todo impuestos) pero que ahora no tienen ese contenido económico.
Debido a que Hacienda no recortará esos gastos, entonces enviará un presupuesto extraordinario por aproximadamente ¢300.000 millones para financiarlos con deuda , según anunció Rocío Aguilar, ministra de Hacienda.
La Comisión de Asuntos Hacendarios del Congreso aprobó, este martes 21 de agosto, un primer presupuesto extraordinario de ¢600.000 millones para cubrir un faltante por amortización de deuda pública, pero está pendiente el envío de otro plan de gastos extraordinarios.
Fruto del menor crecimiento
Sobre la proyección del 2019, la CGR explicó que el número conservador obedece a que la actividad económica del país no ha mostrado el dinamismo esperado y también se percibe un menor rendimiento tributario interno de los principales sectores económicos, entre los que mencionó industria manufacturera, servicios financieros y seguros, y comercio, restaurantes y hoteles.
“Factores como la menor producción e importación de los principales combustibles en el primer semestre de 2018, en comparación con los primeros semestres de años previos, y el menor dinamismo en la importación de vehículos, se suman a las razones que impactan en una tendencia a la caída de los ingresos tributarios”, explicó la Contraloría.
Del monto total estimado de ingresos para el 2019, un 93% (¢4.733.391 millones) corresponde a ingresos tributarios, que al ser comparados con el producto interno bruto estimado por el Banco Central para el año 2019, arroja como resultado una carga tributaria del 12,82% para ese año.
Esta carga tributaria es menor a la que había estimado, en agosto del 2017, para el presupuesto del 2018, que fue de 13,43%.
Por tipo de impuesto, la Contraloría ajustó la mayoría a la baja en comparación con los que había estimado originalmente para el 2018, pero resultan un poco mayores si se compara con la estimación revisada del 2018.
La certificación de la Contraloría no contempla los ingresos adicionales que generaría la nueva versión del proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, pues Hacienda todavía no ha realizado las nuevas estimaciones.
El economista Félix Delgado resaltó que, si el proyecto fiscal generara un monto equivalente al 2% de la producción (serían unos ¢738.000 millones con base en la producción prevista para el 2019), todavía se queda corto para resolver el problema, pues para el próximo año el Banco Central estimó un déficit equivalente al 7,5% de la producción (¢2,7 billones), por lo que considera que hará falta otra reforma.
“Tenemos que olvidarnos de que a cada gobierno le toca una sola reforma, y pensemos en empezar a abrir espacios para hacer más ajustes en el 2020 y en el 2021”, comentó Delgado.