El economista Guillermo Larraín, quien dirigió la Superintendencia de Pensiones de Chile a inicios del 2000, enfatiza que muchos países en el mundo enfrentan problemas para sostener los fondos de pensiones dada la longevidad de la población.
Considera que la opción de trabajar hasta los 70 años o más debe estar presente. Al igual que el aumento de la cotización, aunque no cree posible más transferencias estatales porque los gobiernos están ‘con la soga hasta el cuello’ por los déficits fiscales.
Larraín sí considera que mantener muchos fondos de pensiones, algunos con privilegios, es excesivo y más bien debe migrarse a regímenes más homogéneos.
Guillermo Larraín, exsuperintendente de Pensiones de Chile. Foto: Mayela López. (Mayela López)
– ¿Cómo proponer reformas y pedir más sacrificios, cuando hay regímenes de pensiones que brindan mejores condiciones que otros ? Aquí pasa en el Poder Judicial y el Magisterio, en otros países son los militares.
– Una cosa que pasa a nivel mundial es que hoy ya no existe el empleo de por vida. Hoy se justifica que los fondos de pensiones sean lo más uniformes posible. El sistema chileno tuvo errores de diseño, pero una cosa buena fue que homogenizó la pensión, con una excepción que fueron las fuerzas armadas. Pequeño detalle en una dictadura militar. El resto de los chilenos fuimos todos al sistema nuevo.
“En ocupaciones pesadas se entienden excepciones, pero en otras como oficinistas, maestras o trabajadores judiciales no veo razones para que existan regímenes distintos.
“Hay que avanzar a regímenes de pensiones lo más homogéneos posible, con excepciones para el tipo de riesgo de la persona. Tener privilegios para grupos de la población me parece que a esta altura del partido no tienen razón.
– Pero se mantienen.
– Uno puede pensar en racionar. Hoy hay gente que puede tener privilegios a todas luces excesivos, gente con dos pensiones. Diría que los privilegios en pensiones deben limitarse.
– ¿Deben los trabajadores aceptar que, a futuro, deberán de laborar más de 65 años?
– Hay dos caras de la longevidad. Se vive más tiempo, pero estamos mejor que hace 20 años. Por ejemplo, a mi edad mi abuelo ya había fallecido. Hoy nos sentimos con mayor capacidad de trabajo, frente a generaciones previas. Trabajar un poco más honestamente no debería ser un problema para nadie pues se tiene mayor energía hoy.
“Pasa para muchas profesiones, no para todas. Por ejemplo, un trabajador de la construcción. Para este tipo de personas deben crearse mecanismos específicos que permitan una cierta forma para pensionarse antes.
“Hay que pensar la vida activa de las personas más allá de los 65 años o 70 años. Se podría pensar en alivianar ciertas cargas sociales a esa edad para el empleador, o mecanismos de capacitación”.
– ¿Qué puede hacer una sociedad cuando sus fondos de pensiones están en problemas para sostener a los pensionados actuales y con muchos trabajadores pronto a retirarse?
– En la parte de las inversiones no vamos a hacer milagros. Las rentabilidades son las que son. Hay cosas que se pueden mejorar desde la regulación, como los problemas de diversificación de las inversiones que se ven en Costa Rica por la presencia de muchos instrumentos estatales.
“El aumento de la tasa de cotización creo que es inevitable, hay cotizaciones muy bajas. Esos ajustes deben hacerse lentamente. Puede ayudar a la solución, pero no es la solución.
“En Chile se hizo una propuesta que se llama seguro de longevidad que consiste tomar a un cierto grupo, con base en su edad, y se haga cargo un nuevo pilar de pensiones que financiarla todos. Es una de las alternativas de reforma, me da la impresión que es la solución que puede traer un alivio a un plazo relativamente corto.
“Cualquier otra solución es de largo plazo, salvo que sean transferencias estatales. Pero veo a todos los Estados con la soga al cuello para financiar más cosas. El instrumentos fiscal ya no está disponible como antes, debido al déficit fiscal.
– ¿Cuánta responsabilidad tiene el supervisor en alertar sobre lo que ocurre en los fondos?
– Tiene que ser el principal centro de estudios de la industria. Debe entender lo que pasa y mirarlo críticamente. Debe generar información para que haya análisis.
”Muchos reguladores no lo han hecho. En Chile no fue así hasta que armé la gerencia de estudios en el 2004. Antes había registro estadísticos, pero no de entender el problema de forma crítica, hacia dónde vamos. La reforma en pensiones fue en los 80, entonces pasaron 24 años de atraso en entender.
”En los 90, durante el inicio de la democracia era perfectamente entendible que la cotización del 10% no alcanzaba, habían lagunas laborales gigantescas”.
– Los fondos de pensiones tienen tres principios básicos: edad de retiro, cotización y monto de beneficio. ¿Hay alguna otra variable clave para mejorar la ecuación?
– Menciona el problema de la cotización, el problema chileno fue que la tasa de cotización que se estimó era baja. En el sistema de reparto (similar al IVM) era del 28% (del salario del trabajador), en el sistema nuevo de capitalización se bajó al 10% (en los 1980).
”El 10% estaba mal calculado, porque suponía que la persona tendría un trabajo estable, pero al final fue totalmente insuficiente. En Chile se intentó subir primero al 15% y luego al 14% y no se ha logrado. Hoy estamos muy tarde volviendo a poner algo más de recursos (en la cotización)”.