La desaceleración de la economía costarricense, junto con el aumento en la cantidad de pensionados, empieza a pasar factura al régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
Jaime Barrantes, gerente de Pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), administrador del sistema, confirmó a La Nación que se volverán a utilizar los intereses generados por las inversiones de la reserva para poder hacer frente al pago de jubilaciones, a partir del próximo año.
“Los ingresos (del IVM) no están creciendo de la forma en que se había proyectado debido a la situación de la economía y el alza del desempleo. Sí crecen, pero menos de lo que se tenía previsto”, explicó Barrantes.
El efecto señalado por el jerarca se materializa en la reducción de 25.000 contribuyentes al régimen, en sectores clave de la economía como construcción, agricultura, manufactura y comercio, en los últimos 12 meses.
Hasta agosto pasado, el fondo de jubilaciones contaba con 1,54 millones de trabajadores que efectuaban contribuciones.
La baja en la cantidad de los trabajadores del sector privado tiene un efecto relevante pues, junto con los patronos privados, representan el 72% de los ingresos de cotizaciones al año, en el fondo de jubilaciones.
El próximo año, la Caja prevé que los aportes privados asciendan a ¢694.191 millones.
Las estadísticas de la Caja muestran que la cotización privada pasa de una tasa promedio de crecimiento del 12%, entre el 2015 y el 2018, a una previsión del 6% para este año y el 2020, según el Plan de Presupuesto de la CCSS del 2020.
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La institución autónoma también proyectó una reducción en la contribución del sector público.
Para el próximo año, la entidad estimó un ingreso al IVM de ¢276.214 millones proveniente de empleados e instituciones estatales, es decir, 1,8% más respecto al ingreso del 2019.
Este sería el menor crecimiento de los ingresos del régimen desde el 2014.
Barrantes explicó que la situación ocurre como un reflejo de la modificación del cálculo de las remuneraciones aprobado en la reforma fiscal.
“El impacto inmediato es el uso de los intereses de la reserva, que es una contingencia precisamente para cubrir una coyuntura económica. Si ya es un tema que se mantiene, se convierte en un elemento de estudio desde la parte actuarial”, detalló el jerarca.
La Caja redujo el uso de dinero de la reserva, a partir del 2016, cuando comenzó un proceso de incremento de la contribución estatal, obrera y patronal al IVM.
Retroceso
Los datos de trabajadores cotizantes al IVM muestran que el régimen comenzó a registrar, desde el 2015, un proceso de desaceleración en la cantidad de nuevos aportantes.
Ya para este año, el sistema empezó a perder contribuyentes en cuatro de los sectores que más trabajadores formales aportan a la economía nacional.
La reducción porcentual más significativa ocurrió en la construcción.
Hasta agosto pasado, esta actividad económica contabilizaba 78.078 trabajadores, lo cual significa una caída del 12%, comparado con las 88.667 personas reportadas en el mismo mes del 2018.
En el caso del agro, hubo un retroceso del 3% en la cantidad de trabajadores durante este año.
El sector contaba con 150.068 trabajadores, hasta agosto pasado, pero al mismo periodo del 2018 eran 154.824, según datos de la CCSS.
La industria de manufactura también perdió puestos de trabajo formal. Hasta agosto de este año reportaba 153.983 trabajadores, es decir 1,5% menos comparado con las 156.396 personas del 2018.
El sector comercial, que es el mayor generador de puestos de trabajo del país, también sufrió una reducción en los últimos 12 meses.
Hasta agosto de este año, dicha actividad reportó 248.688 empleos formales en el país, es decir, una baja del 1%, en relación con los 251.301 personas en el mismo periodo del 2018.