La IFA, (International Fiscal Association), tuvo su reunión anual en Madrid, la semana del 24 de setiembre. Ahí se dieron importantes eventos y quisiera compartir con los lectores uno que, de manera inexplicable, el Gobierno de la República no ha divulgado en toda su dimensión.
En la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se da por hecho que Costa Rica es país miembro, en proceso final de adopción, esto en el contexto de los diversos convenios y convenciones que ha suscrito el país con dicho órgano, con el propósito de generar los medios legales necesarios para la entrada en vigor de la cooperación de nuestro país en vías multilaterales, y para el cumplimiento del programa BEPS (Base Erosion and Profit Shifting).
¿Conocen los contribuyentes costarricenses las ramificaciones reales y concretas que implica la normativa BEPS? ¿Ha hecho la Administración Tributaria las alertas respectivas? Desgraciadamente no.
Las quince acciones BEPS tienen como objeto evitar el traslado de utilidades de un país a otro, o de un régimen tributario más severo a uno más flexible, ya sea por razones tarifarias o de orden meramente procesal. Se pretende regular la conducta de los contribuyentes con operaciones en más de una jurisdicción, sin importar su tamaño, con el propósito de controlar las desviaciones que puedan darse en la atribución de utilidades.
De igual forma, se establecen los respectivos mecanismos de conocimiento de los beneficiarios últimos de los grupos económicos, aspecto que nuestra legislación incorpora en la reciente votación del proyecto de Ley de Lucha contra el Fraude Fiscal.
Las recomendaciones ante este escenario son: infórmese. Un buen proceso de gestión del riesgo tributario requiere contribuyentes mejor entendidos en la severidad de estas medidas.
Diagnostique su condición de cumplimiento en contraste con las nuevas reglas de la fiscalidad internacional; revise sus estructuras, evite sorpresas desagradables, de onerosos procesos simultáneos de comprobación, debido a los medios automáticos de transparencia fiscal.
Por último, gestione de manera adecuada los riesgos reputacionales y de negocio en marcha que puede comportar una determinación fiscal en diversos países, así como alarman las noticias de escándalos fiscales internacionales de empresas de gran posicionamiento.