Trabajadores asalariados, formales y con tiempo completo del sector privado mejoran su educación

Entre el 2010 y el 2018 bajó el porcentaje con educación secundaria incompleta o menos y aumentó la universitaria

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El nivel educativo de los trabajadores asalariados formales del sector privado, que laboran tiempo completo aumentó entre el 2010 y el 2018, según información proporcionada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) con base en la Encuesta Continua de Empleo a solicitud de este diario.

La Encuesta Continua de Empleo se comenzó a aplicar en el tercer trimestre del 2010 y el último dato disponible es al segundo trimestre del 2018, durante ese periodo el porcentaje de trabajadores asalariados formales con educación secundaria o menos pasó de 61% a 53%, mientras que el porcentaje que tiene educación universitaria con o sin título subió de 21% a 27%.

Juan Diego Trejos, especialista en mercado laboral, explicó que todavía más de la mitad de los trabajadores asalariados formales que laboran tiempo completo no ha completado la secundaria, y el porcentaje probablemente sea mayor si se incluye el empleo informal, es claro que aumenta la contratación de trabajadores con mayor calificación.

“La expansión de las actividades privadas en la prestación de servicios especializados: salud, educación, sector financiero y servicios a las empresas, así como la promoción de exportaciones de bienes y servicios con alto contenido en trabajo calificado puede explicar estos resultados”, comentó Trejos.

“(En el sector privado) se observa que también se está dado una movilidad de los segmentos con menor nivel educativo, hacia mayores formaciones; lo cual podríamos pensar se debe a la política del país por mejorar dichos indicadores e impactando al sector privado”, opinó Francisco Chang, subdirector general del Servicio Civil. Chang explicó que en el Régimen de Servicio Civil (incluye ministerios y adscritas) iniciaron procesos de profesionalización desde los años 90.

Para el economista Miguel Loría, un factor que podría estar incidiendo en esta evolución es la relación entre educación y salarios.

“En el mercado laboral privado el nivel de las remuneraciones guarda una cercana relación con el nivel académico del trabajador. Entre mayor sea el nivel de educación, mayor la probabilidad de tener acceso a mayores salarios”, comentó Loría.

“Este incentivo es más difuso en el sector público, toda vez que el nivel salarial estaría determinado más por los pluses y ajustes automáticos que por el nivel de escolaridad. En otras palabras, el empleado público tendría menos incentivos para incrementar su escolaridad en busca de mayores remuneraciones”, añadió el economista.

La mayor educación en los trabajadores tiene múltiples beneficios tanto para las personas como para las empresas y el país.

“Un mejor acceso a una formación profesional pertinente pone en condiciones a más trabajadores para participar de los beneficios del avance tecnológico y el crecimiento económico, y es un importante instrumento de política para asegurar un justo y eficiente proceso de ajuste a los cambios tecnológicos”, señala la Organización Internacional del Trabajo en su estudio: La formación profesional y la productividad.

“La educación conlleva beneficios considerables y sistemáticos en materia de ingresos, y contrarresta el aumento de la desigualdad. En el caso de las personas, promueve el empleo, los ingresos, la salud y la reducción de la pobreza”, señala el Banco Mundial en su página web en su sección “Entendiendo la Pobreza”.