Elija el mejor socio en responsabilidad social

Alianzas entre empresas privadas suelen ser más beneficiosas para la sociedad y para los negocios

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La posibilidad de invertir menos y contar con más recursos parece contradictoria, pero es una de las razones que enumeran los asesores a la hora de recomendar las alianzas entre empresas privadas en proyectos de responsabilidad social.

Al unir esfuerzos privados en la concepción de un proyecto, se facilita la posterior incorporación de otros actores, como organizaciones sociales o instituciones gubernamentales. Estos últimos suelen ser claves a la hora de aumentar el impacto social de las iniciativas y su coordinación con temas críticos para el país.

Cuando se articulan dos o más organizaciones orientadas a resultados de negocio, se amplían las capacidades para que los proyectos produzcan beneficios comerciales que respalden los impactos sociales.

Cristina Cubero, directora de Consultoría de Deloitte, aseguró que la firma tiene estudios cuyos resultados respaldan las uniones como el mejor camino para obtener resultados relevantes y sostenibles en el tiempo.

“Deloitte considera que una visión válida de responsabilidad social empresarial (RSE) involucra todo el conglomerado social, desde los Estados, empresas públicas y privadas, academia, familias y ciudadanos. Gestionar esta red genera aún más beneficios si se realiza de forma estratégica y planificada”, afirmó.

En el caso de uniones entre empresas, Cubero resalta cinco beneficios:

1. Más recursos, más impacto. Unir esfuerzos por causas comunes permite contar con mayores recursos para impulsar los programas. Las empresas suman esfuerzos para conseguir un objetivo que sería imposible para una sola, ya sea por presupuesto o cantidad de recurso humano necesario.

2. Aumenta el resultado. Determinados programas, por su complejidad y alcance, requieren unir un talento diverso en competencias y especialidades en diversas ramas de negocios. Cuando las empresas enlazan las fortalezas, se pueden potenciar los resultados.

3. Alinear esfuerzos en impactos globales. Algunas empresas se han vinculado para trabajar, por ejemplo, en alguno de los 17 objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas (ODS). Esto da la oportunidad de generar alto impacto no solo local, sino contribuir a repercusiones globales.

4. Impulsar competencias en los trabajadores. Formar redes más allá de las fronteras de la compañía permite que los trabajadores desarrollen habilidades de trabajo en red, se fomente la diversidad y la colaboración. Estos temas son claves en los negocios.

5. Mayor impacto social, mayor proyección. Unir esfuerzos y tener mayor impacto permite una mayor proyección y visibilidad. Esto beneficia el valor de marca del empleador y la imagen general de la compañía, lo que permite atraer y retener talento y clientes.

Cuidado al elegir

Al lado de los beneficios, se deben considerar los riesgos de emparejarse con otra organización comercial.

Olga Sauma, directora ejecutiva de la Asociación de Empresas para el Desarrollo (AED), subrayó la importancia de evaluar adecuadamente el reto de organización y logística. La clave para lo anterior es poner las reglas del juego y tener clara la gobernanza, es decir, quién toma las decisiones en cada nivel.

“Es vital tener claro el proceso y el mecanismo de rendición de cuentas. Si hay muchos invirtiendo, ¿cómo se le rinde cuentas a cada uno? También se debe definir cuál va a ser el mecanismo de comunicación y cómo se visibiliza a todos los miembros de la alianza”, enfatizó.

Para reducir el margen de error, AED da cuatro recomendaciones puntuales:

  • Elegir socios que piensen de la misma forma que la organización.
  • Buscar empresas consistentes entre su discurso y sus acciones.
  • Definir de previo los criterios de la alianza.
  • Revisar la reputación de los socios potenciales.

“A la hora de elegir un socio se debe tomar en cuenta el compromiso que tenga con el tema, los intereses que lo mueven a participar en el proyecto, su experiencia previa, los recursos reales con los que cuenta y la compatibilidad para trabajar”, resumió.

Organizaciones como AED y AliaRSE generan plataformas para desarrollo de redes, estudio de la realidad nacional y contacto con organizaciones sociales y de gobierno que aclaran el panorama a las empresas y permiten escalar y multiplicar una iniciativa de responsabilidad social, para obtener su verdadero potencial y los beneficios para todos los sectores involucrados.

Primer paso

La AED recomienda elegir el tipo de articulación requerida antes de comenzar la búsqueda de una empresa socia. Ellos trabajan con tres opciones:

-Sectorial: Se dedican a la misma actividad económica y el objetivo en común es reducir impactos. (Ejemplo: Ante una amenaza específica para un cultivo –como la roya del café–, los productores pueden desarrollar campañas o proyectos en conjunto).

-Temática: Cuando son empresas de diferentes sectores pero tiene sentido trabajar juntos en torno a un tema compartido. (Ejemplo: En un tema de seguridad vial pueden tener interés empresas vendedoras de vehículos, aseguradoras, marcas de accesorios para autos, etc.).

-Geográfica: Grupos de empresas que están geográficamente en un mismo territorio y esto hace que tenga sentido unir esfuerzos para mejorar las condiciones locales.

Fuente: AED