De los 635 asentamientos campesinos detectados por el Instituto de Desarrollo Agrario (IDA) entre 1975 y el 2009, un total de 122 no tienen hoy agua potable.
Se trata del 19% del total de asentamientos instalados por la entidad, un número alto para un servicio básico. Pero el Instituto reconoce que el agua es quizá el servicio más difícil de prestar.
A veces, el agua potable está a varios kilómetros de distancia del caserío y se necesita mucha inversión para llevar el líquido a la gente. En otras ocasiones se perforan pozos, pero el agua potable está muy profunda y, entonces, se requiere mucha inversión para llegar a ella y luego bombearla.
En esas circunstancias, no es de extrañar que haya más asentamientos sin agua potable que sin servicio de electricidad.
Rolando González, presidente ejecutivo del IDA, explicó que durante esta administración se tratará de llevar el líquido a la mayoría de ellos. Para eso se utilizarán fondos de la cooperación española y la contrapartida de la institución.
Entre el año pasado y este se beneficiará con proyectos de agua potable a 3.301 familias. Los asentamientos beneficiados están en varias regiones. Hay algunos en los cantones de Los Chiles y San Carlos, en Río Cuarto de Grecia, en varios cantones de Guanacaste, en Siquirres, Pococí y Matina de Limón, en Horquetas de Sarapiquí (Heredia) y en Orotina de Alajuela.
Guido Vargas, secretario general de la Unión Nacional de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Upanacional), advirtió que el mejoramiento de la vida de los campesinos tiene que ver más con una decisión del país.
Esa decisión, dijo, está ligada con otorgarle importancia a la agro y, así, lograr que sea rentable para los pequeños y medianos productores en todo el país.