Ecuador, primer exportador mundial de banano, mantiene una demanda ante la OMC porque se declara perjudicado por las preferencias que otorga la Unión Europea en la importación de la fruta a productores de naciones de África y del Caribe, que fueron colonias de países europeos.
El anuncio de Ecuador se produjo un día después de que la UE decidió desechar un preacuerdo alcanzado con las naciones de América Latina para reducir el arancel a 114 euros la tonelada, desde los actuales 176 euros, en ocho años.
La UE dijo que el acuerdo quedó sin efecto tras el colapso de las conversaciones de la Ronda de Doha de la OMC, que fueron utilizadas como marco para finiquitar las negociaciones bananeras.
El acuerdo sobre el tema del banano “siempre estuvo vinculado a la Ronda de Doha”, aseveró el martes Peter Power, portavoz del comisario de Comercio de la UE. “Este acuerdo no era independiente, y sería parte del paquete de Doha, por lo que por ahora no existe un pacto en torno al banano”, agregó.
Sin embargo, el jefe negociador de Ecuador, Mentor Villagómez, expresó ayer a periodistas: “Como no se llegó al acuerdo, permanece intacto para continuar la acción legal que veníamos realizando. El Ecuador va hacer uso de sus compromisos legales”.
Para las autoridades ecuatorianas, retomar el proceso legal ante la OMC es una forma para presionar a los europeos a sentarse a negociar un mecanismo para bajar el arancel, que ha significado grandes pérdidas para los productores y exportadores locales.
Bajo los términos del preacuerdo negociado la semana pasada en Ginebra, el nuevo régimen arancelario significaría para el país andino un ahorro de unos $562 millones al 2016, cuando se implementaba el nuevo régimen.