El colorido, las luces y la variedad de productos atraen a las familias a los chinamos o puestos temporales de venta de artículos navideños, en busca de elevar su optimismo en un año de incertidumbre por el problema de las finanzas del Gobierno, el aumento en el precio del dólar, la subida en las tasas de interés y la baja en el consumo.
Casos como el de Armando Villalobos, sus tres hijas y dos nietos, quienes estaban escogiendo juntos los adornos para el portal y el árbol, el miércoles pasado, en el puesto Los Portales de Heredia, en San Pablo de esa provincia, 75 metros al sur del Masxmenos, son frecuentes en los chinamos.
“Cada año venimos para renovar piezas o agregar nuevas al portal y al árbol”, dijo Villalobos, para quien es una época de familia, para celebrar con hijos y nietos y dejar atrás las preocupaciones del año.
Pero no sucede solo con las familias. Las empresas también aprovechan la época para estrechar lazos y revivir tradiciones con sus colaboradores.
Rafael Chacón recorría, el miércoles en la mañana, observando figuras y luces, en el chinamo Regalo de Dios, justo al costado norte de la iglesia de Guadalupe, que tiene 14 años de ubicarse cada año en ese sitio.
Aunque no quiso dar el nombre de la compañía, Chacón dijo que ya tiene cuatro años de buscar cada vez algo nuevo para el portal, enviado por su jefe, cuyo objetivo es rescatar el espíritu de la época y las tradiciones.
El dueño de Regalo de Dios, Minor Gómez, comentó que con la apertura, el 1.° de noviembre pasado, acudieron las familias, muchas de ellas clientes fijos, para recordarle cómo el chinamo recuerda la llegada de la época del año.
“La gente veía todo enredado, pero con la llegada de la Navidad, nos levantamos el camino”, expresó Gómez, luego de tres semanas de recibir y hablar con clientes.
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Miguel Sánchez, quien atiende el Chinamo Navideño, al costado oeste del Banco de Costa Rica, en San Isidro de Coronado, estimó que la ventas aún no repuntan. En ese puesto, Carmen Rojas hacía compras para adornar su casa: “Dios guarde no adorne, los nietos me lo reclamarían”, explicó.
En este tipo de puestos temporales se pueden conseguir desde una figura miniatura de animales (ovejas, burros y otros) de ¢650 hasta un pasito completo de ¢1,3 millones, con figuras de hasta 1,4 metros de altura, según un recorrido realizado el miércoles por chinamos en San Isidro de Coronado, Guadalupe, Calle Blancos y San Pablo de Heredia.
Esa variedad es una “delicia” para toda la familia, que cada año agrega algo a los adornos de la casa.
En estos chinamos aceptan el pago con todas las tarjetas, están inscritos en el régimen simplificado de contribuyentes del Ministerio de Hacienda (por eso le pueden emitir factura) y le brindan la garantía de ley, por lo cual se pueden hacer devoluciones y se repone el producto.
Para todos los gustos
En el Regalo de Dios de Guadalupe le ofrecen muñecos con movimiento e iluminación desde los ¢30.000, dependiendo de la figura y el tamaño. Ahí hay árboles navideños naturales con base, sin base y hasta sembrados en macetas, estos de tamaño más pequeño. Si prefiere, le brindan los artificiales, aunque en este puesto, al menos, se prefieren los naturales.
Los renos de paja, de esos que soportan agua y sol, van desde los ¢1.500 a los ¢7.500 y las luces para el árbol las puede escoger desde los ¢800 hasta los ¢10.000. Y si quiere un San Nicolás de 1,30 metros con luz, movimiento y música, vale ¢60.000.
Ese año no impera ningún color, sino que son variados, según detalló Gómez, quien dijo que abre el puesto de 8 a.m. a 10 p.m..
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En el chinamo El Pesebre, en Calle Blancos, al costado este del edificio del Tribunal Contencioso-Administrativo y Civil de Hacienda, una de las novedades son los muñecos inflables navideños de Disney, con iluminación y con precios que van desde los ¢23.000.
En este puesto también son novedosas las figuras para las ventanas con luz de neón, desde los ¢10.000 y la cinta decorativa con luz neón que parte de los ¢11.000 en tamaño de 10 metros, explicó su propietario Wálter Betrano, quien abre el local de 7 a.m. a 9 p.m.
Aquí, los árboles naturales tienen un rango desde los ¢8.000 hasta los ¢25.000 y los artificiales se pueden conseguir desde ¢800 (de escritorio) hasta los ¢19.000.
Si prefiere ir a San Pablo de Heredia, Andrea Garro, la propietaria de Los Portales de Heredia, tiene muñecos desde los ¢25.000 hasta ¢75.000, renos con luz y movimiento a ¢27.000 y las casitas para portal van desde ¢2.800 a ¢32.000.
En todos estos negocios, hay de todo tipo de figuras y adornos, lana, papel para decorar y lo que se requiere para hacer los portales, los árboles y adornar las casas.
Ventas estancadas
Sánchez, Gómez y Betrano, coincidieron en que las ventas de este 2018 apenas alcanzan los niveles del 2017, es decir, están estancadas.
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“La gente está preocupada, incluso hay incertidumbre sobre si se pagará el aguinaldo en el sector público y todo lo que se informa del plan fiscal afecta la situación general del país", advirtió Betrano.
Solo Garro consideró que las ventas están “un poquito” mejor que el año pasado. Ella tiene 16 años de abrir el negocio temporal en San Pablo de Heredia y ha visto llegar a niños con sus papás y ahora van solos.
Pero el proyecto de plan fiscal, que espera dictamen de la Sala IV y ajusta algunos tributos, en especial con la creación del impuesto al valor agregado (IVA) y la incertidumbre con las finanzas del Gobierno, han traído la desconfianza este año.
También eleva la incertidumbre la situación con las tasas de interés. El Banco Central elevó sus tasas el pasado 1.° de noviembre, aumentó dos tasas de interés clave (la de política económica y la de los depósitos electrónicos), con lo cual se esperaría una reacción al alza del mercado.
Esto afecta el consumo de las familias y, por consiguiente, no permitió el aumento de las ventas en chinamos, esperada por los propietarios. Empero, ellos tienen esperanza de que repunten entre la última semana de noviembre y la primera de diciembre.