Draghi dijo en un comunicado al Fondo Monetario Internacional que desde 2011 la caída en la inflación en la zona euro provenía de factores internacionales como el declive en los precios de los commodities y los alimentos.
"Más recientemente, sin embargo, el débil nivel de demanda agregada se ha convertido en un factor que contribuye al resultado de inflación menor al esperado", señaló el jefe de la banca central europea.
Solo hasta ahora el BCE llamó la atención sobre la baja demanda en Europa como un factor que socava los esfuerzos para impulsar el crecimiento económico y evitar el estancamiento.
La inflación, muy baja a 0,3%, es vista como una señal preocupante de paralización en la economía de la Eurozona. El FMI redujo esta semana su previsión de crecimiento en la región a 0,8% para este año.
Draghi insistió ante el FMI que la política del BCE sigue apuntando a colocar las expectativas de mediano y largo plazo "en sintonía con nuestros objetivos de mantener las tasas de inflación bajas, pero cerca de 2% en el mediano plazo".
"En ese contexto, hemos tomado medidas convencionales y no convencionales que ayudarán a un regreso de tasas de inflación cercanas a nuestros objetivos", dijo Draghi. El BCE anunció nuevos programas de compra de activos y financiamiento bancario para mantener las tasas de interés bajas y promover la inversión y el consumo.
Si hacen falta mayores acciones para combatir la baja inflación, Draghi garantizó que existe consenso en el BCE para "usar medidas no convencionales adicionales".