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La división entre los miembros de la Junta Directiva del Banco Nacional de Costa Rica (BNCR) se intensificó en el último año.
La más reciente diferencia se dio, el 12 de diciembre pasado, en la reelección de Ana Isabel Solano Brenes como presidenta de la Junta y la de Víctor Hugo Carranza Salazar como vicepresidente de la Junta.
Ambos directivos forman un bloque junto con Jorge L. Méndez Zamora y Luis E. Pal Hegedus; frente a los directores Xinia Herrera Durán, Jeannette Ruiz Delgado y Víctor Ramírez Zamora.
En la votación, según consta en el acta 12.130, de la cual tiene copia La Nación , se instó a Herrera Durán y Ruiz Delgado a formar parte del directorio; pero ambas declinaron.
Solano Brenes argumentó que “la posición de una Junta Directiva debe ser de unir y la de tender puentes y no muros (...) a fin de establecer armonía en el grupo y generar acciones que conduzcan a una mayor gobernabilidad”.
Ruiz Delgado argumentó que los objetivos comunes no se logran a través de un puesto en el directorio.
Mientras que Víctor Ramírez Zamora manifestó que “debe existir la apertura, el diálogo y la comunicación, que en muchas ocasiones no se ha dado”, según consta en actas.
La discrepancia entre los directivos se hizo pública, el año pasado, cuando La Nación comenzó a difundir información como el autonombramiento de los miembros de la Junta Directiva en las subsidiarias; las tímidas actuaciones en relación con el caso de la empresa Latco , investigada por presunta legitimación de capitales.
Así como el cobro de ¢48.000 millones del impuesto sobre la renta durante la gestión del exgerente Fernando Naranjo Villalobos y las decisiones tomadas por la Junta Directiva en ese caso; también el error contable que distorsionó los resultados del Banco, en el 2014, y fundamentó el pago de bonificaciones excesivas.