La compra de dólares para alimentar sus reservas monetarias ha permitido al Banco Central evitar este año una caída en el precio de la divisa.
Hasta el 22 de setiembre pasado, la entidad adquirió $522,7 millones (65%) de los $800 planeados hasta diciembre del 2016. A esto se suman $23,2 millones negociados este año del programa del año anterior.
Las reservas monetarias son los recursos que el país tiene para hacer frente a dificultades externas; por ejemplo, un incremento en el precio de un producto importante o una salida de capitales, entre otros.
En enero pasado, el Banco Central anunció que compraría hasta $800 millones para fortalecer sus reservas en el periodo que va de febrero del 2015 a diciembre del 2016.
No obstante, la abundancia de divisas que tuvo el país este año, explicada en parte por la reducción en el precio del petróleo, obligó a la entidad a negociar buena parte del monto en el 2015.
Se consultó al Banco Central si podría usar todo el programa de acumulación este año.
“ La Junta del Banco Central fue clara que igual que en los anteriores programas de compras de divisas, este se ejecutaría atendiendo los costos (inflación, tipo de cambio y tasas de interés) y beneficios (blindaje ante choques externos)”, contestó Eduardo Prado, gerente de la institución.
Buenos frutos. Los economistas Norberto Zúñiga, de Ecoanálisis, y Roxana Morales, coordinadora del Observatorio de la Coyuntura Económica y Social de la Universidad Nacional, ven con buenos ojos los frutos de este programa.
Para ambos, la compra de reservas evitó una apreciación mayor del colón y, además, permite al país prepararse para una futura alza de las tasas de interés en Estados Unidos.
“Me parece positiva la política del Banco Central, ya que ha evitado una apreciación más fuerte del colón frente al dólar ante el exceso de dólares en el mercado. Una mayor apreciación hubiera afectado más negativamente la competitividad de nuestras exportaciones y, con ello, la producción y el empleo”, dijo Morales.
Cuando el precio del dólar baja, los exportadores reciben menos recursos y nuestros productos se vuelven más caros para los extranjeros; por ello, se afecta la competitividad del país.
“(El programa de reservas) contribuirá a suavizar el proceso de ajuste cuando eventualmente las condiciones de la economía cambien. Es lo que se conoce como ahorrar en tiempos de abundancia, para utilizarlas cuando sean escasas”, comentó Zúñiga.
Una ocasión en la cual podría ser necesario usar este fondo es si suben las tasas de interés en Estados Unidos, ya que esto podría generar un menor ingreso de capitales al país, o bien, una salida de divisas en busca de mejores rendimientos en esa nación.
“Eventualmente se podría requerir utilizar estos recursos para evitar un ajuste en tipo de cambio y tasas de interés desordenado”, explicó Zúñiga.
¿Debería el Banco Central hacer un nuevo programa para el próximo año en caso de que el actual se agote?
Para Morales, podría ser una opción para evitar una baja en el precio del dólar; no obstante, aclaró que tendría que ser con prudencia para evitar especulaciones contraproducentes.