Un insecto depredador liberado por el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) se encargará de controlar a la plaga denominada trips, la cual ataca diversos cultivos como melón, sandía, ayote, chile, tomate, frijol (vainica) y pepinos.
El uso de este espécimen está contemplado en programas de control biológico desarrollados por Costa Rica.
El depredador se llama Orius insidiosus, un chinche volador miniatura de apenas tres milímetros de color negro con manchas blancas, que se alimenta destruyendo a los trips mediante el método de succión con un estilete.
De esta manera, y sin el uso de químicos, se elimina el insecto plaga y se fomenta la presencia del depredador, para la protección de los cultivos.
El trips es una plaga que raspa las partes vegetativas de los cultivos, con lo que causa lesiones en las plantas que las dañan causando bajas en rendimientos y hasta posible destrucción total.
Francisco Rodríguez, jefe interino de operaciones del SFE, explicó que el insecto benéfico se compra en estado adulto a una empresa privada que los desarrolla.
Se transportan en botellas de plástico con tapas perforadas, las cuales, a su vez, se colocan en hieleras de esteorofón con refrigerante hasta las fincas donde se realiza la liberación. En cada frasco van unos 2.500 especímenes.
La cantidad de insectos por área se determina especialmente de acuerdo a los ataques del insecto plaga, pero en general se calcula que se dejan libres entre 4.000 y 5.000 individuos por hectárea.
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Pese a ser un insecto miniatura, el Orius insidiosus puede desplazarse hasta un kilómetro, por lo cual puede derivar en trabajo benéfico en varias fincas.
Después de 20 días, este insecto tiene ya una nueva generación de adultos, en decir, puede procrearse rápidamente si consigue una alimentación adecuada, explicó Rodríguez.
Luego de las liberaciones y tras el plazo de 20 días, los técnicos del SFE revisan la diseminación y si hay poca incidencia de juveniles o de adultos se analizan las condiciones del sitio.
La población benéfica puede ser afectada por clima, temperaturas muy altas o humedad fuerte, que no tenga de donde alimentarse, o bien que se haya dado una falla por parte del productor (entre ellas que aplique productos químicos).
El país ya ha realizado liberaciones con excelentes resultados en plantaciones de chile, tomate y frijol. También se ha trabajado en cebolla, donde los ataques de trips tradicionalmente han sido un dolor de cabeza.
Según Rodríguez, la intención del SFE es que el grupo benéfico se establezca adecuadamente y no que se convierta en una plaga. Por eso se realizan diversos análisis previos a concretarse su liberación.
El funcionario del SFE prefirió no hablar ni de precios de los chinches, ni de de dónde se originan, pues dijo que eso es un tema de la empresa distribuidora. Agregó que hay otras compañías en el país que desarrollan insectos benéficos, pero generalmente los utilizan para su propio uso y no los comercializan.
Este protocolo general y los estudios se realizan para reducir el uso de plaguicidas químicos, una práctica que los productores, dijo Rodríguez, aprenden a valorar paulatinamente.