Empresas de alimento animal florecen con sequías del Pacífico y Zona Norte

Firmas ofrecen pacas y otras presentaciones de forrajes para mantener a los animales. El IMN pronostica fenómeno El Niño moderado, pero MAG llama a fuertes acciones preventivas en esa faja costera

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El creciente impacto de la sequía en la faja costera del Pacífico y en la Zona Norte occidental y el consiguiente incremento en la demada de alimento para mantener a los animales, especialmente en el verano, hizo florecer empresas cuyo fin es dar el servicio de pacas de pasto y de otros forrajes para almacenar y suplir a los animales en momentos críticos.

Esto sucede mientras el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) pronostica la presencia del fenómeno de El Niño que, aunque con intensidad moderada, significará menos lluvias en toda la faja costera del Pacífico. Su influencia se extenderá de noviembre pasado hasta posiblemente mayo o junio del 2019, de acuerdo con las estimaciones.

La presencia de El Niño significa un verano más seco que el comportamiento histórico en toda esa región, por lo cual las autoridades del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) mantienen un programa de prevención entre ganaderos y agricultores considerando “el peor de los escenarios” aunque se estime un impacto moderado.

Según el “Pronóstico climático estacional noviembre 2018-marzo 2019” del IMN, la región del Pacífico Norte (Guanacaste) tiene un promedio histórico de precipitación o lluvias de 150 milímetros (por metro cuadrado) para ese periodo, mientras que para el actual solo recibirá entre 45 milímetros y 75 milímetros.

Una situación de déficit también afectará a las regiones de Pacífico Central, Valle de El General, Pacífico Sur y Valle Central, de acuerdo con la estimaciones del IMN presentadas en ese informe (vea mapa con pronóstico).

Además, habrá efecto en la denominada región GLU (Zona Norte occidental), que incluye los cantones de Guatuso, Los Chiles y Upala. Esta región está más influenciada por las condiciones del Pacífico, mientras que San Carlos y Sarapiquí (también de la región Huetar Norte) presentan más influencia del Caribe. Tradicionalmente la presencia de El Niño genera más lluvias en el Caribe.

“Las fases iniciales de El Niño coincidirán con la temporada seca en la Vertiente del Pacífico, por lo que la sequía propia del fenómeno reforzará la sequía que se presenta normalmente entre noviembre y marzo. Las temperaturas estarán más calientes que lo normal, en promedio aumentarán entre 0,5°C (grados celsius) y 1,0°C en el Valle Central, el Pacífico Central y Sur, y entre 1,0°C y 2,0°C en el Pacífico Norte”, señala el IMN.

En la región GLU habrá “entre 25% y 35% menos lluvia que el promedio, así como un aumento de la temperatura de 1,0°C a 2,0°C” según el pronóstico del IMN.

Fernando Vargas, director regional del MAG en la región Huetar Norte, detalló que aparte del ganado, hay posibles impactos en el cultivo de frijol en la zona de influencia seca de esa región (zona GLU). Por esto, se capacitó y orientó a los productores, en coordinación con el IMN, para que adelantaran la siembra de este grano a entre finales de noviembre y diciembre, cuando aún cayeron algunas lluvias. La mayoría del frijol producido en el país se cosecha allí.

En tanto, Anabelle Benavides, directora regional del MAG en el Pacífico Central, señaló que el mayor énfasis se está poniendo en capacitación preventiva para los ganaderos. Esto porque cultivos como melón y sandía ya cuentan con sistema de riego.

Advirtió que en esa zona del país se juntará el impacto de El Niño con los tradicionales veranos secos.

Preparación

El viceministro del MAG, Bernardo Jaén, aseguró que la asistencia de más de 3.000 personas a unas 100 capacitaciones impartidas en la regiones del Pacífico Norte y el Pacífico Central, en los últimos dos meses, los tienen satisfechos. A esto se une la utilización de equipos para la fabricación de pacas de pasto y de otros materiales, entregado a organizaciones de productores durante el gobierno pasado.

En lo relativo a cultivos, Jaén dijo que la prevención mayor se da en cuanto a la eventual aparición de plagas y enfermedades relacionadas con la sequía. La labor preventiva y la vigilancia se realizan por medio del Servicio Fitosanitario del Estado.

Agregó que en cultivos anuales, como melón y sandía, los productores ya se acostumbraron a la práctica de contar con pozos para la irrigación. _El problema, explicó, es que el suministro de agua del pozo no sea suficiente si la sequía es fuerte y se extiende.

Mientras tanto, en cultivos perennes, como la naranja y otros cítricos, se mantiene un monitoreo o vigilancia permanente.

Otra acción que se realiza actualmente en coordinación con el Ministerio del Ambiente y Energía (MINAE) es el registro y la legalización de los pozos profundos en las regiones del Pacífico Norte y Pacífico Central. Se estima que hay muchos de estos pozos no registrados y se quiere tener una información certera acerca de la disponibilidad real de agua.

La alimentación de los animales también cuenta con la posibilidad de comprar materiales a empresas privadas, las cuales han visto un buen negocio en esa actividad, en vista del cambio climático.

Una de ellas es la Hacienda La Quina, en Carara de Turrubares, cerca de la ciudad de Jacó. El propietario de la finca, José Alfaro, explicó que se trata de una explotación ganadera, pero desde el 2007 vieron una oportunidad en la venta de pacas de pasto de las variedades transvala y swazi.

Actualmente una paca con peso de 20 kilos a 22 kilos se ofrece en un precio de ¢2.300.

La paca es pasto comprimido en seco que se puede almacenar y que luego, en la época cuando los potreros se secan, se utiliza para alimentar el ganado combinándolo con melaza.

Otras empresas ofrecen lo que se denomina silopacas, que es un material húmedo en un 60%, que se emplastica y también se puede almacenar. Por ejemplo, la Asociación Ganadera San Francisco, en La Palmera de San Carlos, vende esta presentación en ¢25.000 con un peso de 500 kilos, explicó el vicepresidente del grupo Jeison Rojas.

Esta asociación de ganaderos, fundada hace 10 años, se inició en el negocio de la alimentación animal hace dos años para solventar las necesidades de los asociados. Ahora ya vende el 50% de la producción de silopacas y pacas a clientes externos. Una paca de 20 kilos se ofrece en este caso en ¢2.500, informó Rojas.

Esta asociación también ofrece subproductos de piña (corona y pulpa) las cuales se venden en vagonetas, entregadas donde el cliente las necesite, por lo cual el valor depende de la distancia. En general una vagoneta de este material cuesta entre ¢80.000 y ¢100.000. Estos subproductos se ofrecen mediante el sistema de ensilaje, en plástico, y pueden tener una vida útil de tres meses.

Mario Benavides, encargado de la finca en la hacienda Paigres, en San Jerónimo de Esparza, dijo que venden pacas de transvala y de swazi, de 18 kilos, a ¢2.000. La marca de las pacas de esta empresa es Pai y se encuentra en Facebook bajo el nombra Pacas Pai. Benavides estima que es un buen negocio, el cual lleva ya 15 años en esa empresa del Pacífico Central que coloca alrededor de 15.000 unidades en cada estación seca.

Según Benavides, la más alta demanda se presenta hacia marzo y abril, en lo más duro del periodo seco, y es cuando se presenta el peligro de la especulación con este producto.

Buen negocio

El viceministro Jaén dijo que hay varias empresas especializándose cada vez más en suplir alimento animal para épocas secas. No solo se usa el pasto sino también el maíz y el sorgo forrajeros, así como desechos de fincas agrícolas, entre ellos las hojas de la corona de la piña y la cáscara y partes de la pulpa de la naranja.

Estos dos últimos cultivos agrícolas son muy fuertes en la región del Pacífico Norte y especialmente en la Huetar Norte, la cual está relativamente cerca de Guanacaste.

Como parte del plan preventivo, las autoridades del MAG y de la sede en Guanacaste de la Escuela de Agricultura de la Región Tropical Húmeda (EARTH) pondrán en marcha ensayos en enero, en fincas ubicadas en el Distrito de Riego Arenal Tempisque (DRAT). La idea es desarrollar bajo riego el cultivo de forrajes (pastos y maíz), validar las especies y luego liberar los materiales para desarrollarse en regiones donde haya disponbilidad de agua.

Este plan se desarrollará con apoyo del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD), según Jaén, y el objetivo es que quienes se integren puedan fabricar pacas y, con ello, aumentar la disponibilidad de alimento. Explicó que hay sistemas de financiamiento accesibles, entre ellos el del SBD por unos ¢5.000 millones, así como otras disponibilidades de microcrédito dirigido especialmente para sequía, en entidades como Fundecooperación o en bancos.