Con esa transparencia de quien nada teme; con esa tranquilidad de quien asume que lo hecho, hecho está, y lo pendiente ya no será, el Mambo Núñez va de una confesión a la otra. Algunas le atan un nudo en la garganta, otras le sacan una sonrisa, todas lo lleva por momentos que no olvidará.
Víctor Núñez pasa de admitirse “vago” para entrenar, confiado en su gran talento, a mostrarse nostálgico por cuánto sacrificó a la familia en una profesión sin fines de semana en casa. Pasa de lamentar no haber triunfado en el exterior, y confesar las razones, a sonreír ilusionado imaginando sumarle un gol más a sus actuales 245, una cifra que estará por décadas como la máxima alcanzada por un jugador en el campeonato nacional.
Al Mambo de este Diálogos la franqueza le sale con la facilidad con que hacía un par de regates y unos cuantos goles. Ahora solo desea disfrutar, cuando este miércoles se despida en el juego Herediano-Grecia (8 p. m.).
(Video) Diálogos con Víctor 'Mambo' Núñez
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