El subsidio para alimentación y un sobresueldo por peligrosidad, este último para quienes laboran en la refinería y en planteles de almacenamiento son parte de más de una veintena de extras salariales que la Refinadora Costarricense de Petróleo reconoce a sus empleados.
Esos beneficios, incluidos en la Convención Colectiva de Trabajo, le costaron a la empresa ¢14.400 millones en los primeros nueve meses del año pasado.
Los mismos, cobijan a sus 1.700 empleados, pero no todos gozan de la misma cantidad de derechos.
Uno de los incentivos generales es el pago por alimentación. Entre enero y setiembre del 2013, destinó ¢704 millones en subvencionar alimentos, según un reporte enviado por la Refinadora a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos.
Hoy, cada empleado paga unos ¢300 por su almuerzo.
La convención también reconoce un sobresueldo de 15% para los trabajadores de la refinería, debido al peligro asociado a sus labores. Quienes se desempeñen en planteles de almacenamiento también lo reciben, pero de un 10% sobre su sueldo base. Ambos rubros sumaron ¢553 millones en nueve meses.
Consultado sobre la conveniencia de pagar esos sobresueldos en una refinería varada desde 2011, Manuel Rodríguez, secretario general del Sindicato de trabajadores de Recope, aseveró que toda el área de refinería es de alto riesgo.
“El hecho de que no se esté refinando no quiere decir que en Recope no haya refinería. El riesgo ahí es latente las 24 horas”.