Crisis climática potenciará aún más las desigualdades en el mundo

Informe Global sobre Desarrollo Humano 2019 señala que la desigualdad ha aumentado un 25% debido a esta situación; personas más pobres son las más afectadas. Especialistas urgen a actuar para que brecha no aumente.

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El cambio climático es real y la crisis que este desencadena impactará cada vez más el medio ambiente, la salud y la economía de las poblaciones. Pero no afectará a todas las personas por igual; no de la misma forma, no al mismo tiempo, no en la misma magnitud.

Esta es una de las conclusiones del Informe Global sobre Desarrollo Humano 2019, difundido por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que se presentó el lunes pasado.

“Los países más pobres y las personas más pobres serán golpeadas más pronto y más fuerte. Algunos países podrían, literalmente, desaparecer”, subraya el documento, que tomó en cuenta información recabada en 189 naciones.

“El reto es asegurarnos que la resiliencia y adaptación al clima no se convierta solo en la reserva que proteja a los países y comunidades que mejor puedan pagarlo, lo cual exacerbaría las inequidades de la crisis climática”, añade el texto.

El impacto es evidente. “Se estima, por ejemplo, que con los efectos que ya se presentan del cambio climático, la desigualdad entre los países ya ha crecido en un 25%”, dijo, ante consulta de La Nación, Heriberto Tapia, uno de los investigadores y compiladores del informe.

Y agregó: “y va a seguir ocurriendo. Por eso debemos colocar a la desigualdad como centro de la búsqueda de soluciones”.

Luis Felipe López-Calva, director regional del PNUD para América Latina y el Caribe opina parecido: “la acción contra el cambio climático podría ser la opción de crecimiento incluyente, que ayude con el cierre de brechas”.

Ricos afectan más al planeta; pobres sufren consecuencias

De acuerdo con el reporte, los países con mayor desarrollo humano y mayores riquezas usualmente emiten más carbono por persona y su huella ecológica es mayor. No obstante, ellos no experimentan igual el impacto en el ambiente, al menos, no lo sufren tanto; más bien, son las naciones y comunidades más pobres quienes deben lidiar con las principales consecuencias.

Se prevé que el cambio climático golpeará primero los trópicos y muchos países pobres están allí. Al mismo tiempo, las naciones y comunidades más pobres y vulnerables tienen menos capacidades que las ricas de adaptarse a un clima cambiante.

Aún más, cada embate de la crisis climática irá acumulando desigualdades en el tiempo. Y la humanidad, seguirá siendo la principal causa de esta situación.

“La humanidad no solo está siendo testigo de la sexta extinción en masa de la historia de la Tierra, también la está causando. Los humanos tienen, como nunca, el poder de afectar al ambiente, pero no control sobre cómo se manifiestan los cambios ambientales”, cita el documento.

De acuerdo con los autores, las secuelas desproporcionadas en los países pobres –y en las personas más pobres y vulnerables aún dentro de los países ricos– se reflejarán en inequidades en ingresos, acceso a salud, educación y forma de envejecimiento.

Asimismo, las personas en naciones más ricas o con mejor desarrollo humano tienen un mejor escudo porque cuentan con más herramientas para responder ante los estragos del clima. En los países pobres, en cambio, las personas tienen diez veces más riesgo de morir por los embates de desastres como huracanes, tormentas, fuego o inundaciones.

Para los investigadores, estos riesgos de desigualdades del cambio climático podrían generar un círculo vicioso para las poblaciones con menos oportunidades.

Eso sí, el informe advierte que, aunque de forma más lenta y tal vez un poco más leve, eventualmente los países y las personas con mayores ingresos también sentirán las secuelas de la crisis del clima.

FUENTE: Informe Global de Desarrollo Humano 2019, PNUD    || créditos / LA NACIÓN.

Desigualdad climática impacta en la nutrición y con eso, en la salud

Las consecuencias del cambio climático se ven en varios ámbitos de la vida: la alimentación, el acceso a la salud y la educación.

El informe indica que entre 2030 y 2050 el cambio climático causará 250.000 muertes adicionales por malnutrición, malaria, diarrea y estrés térmico. Además, el rango de acción de mosquitos transmisores de enfermedades como dengue o malaria se expandirá aún más.

Por si fuera poco, cientos de millones de personas estarán expuestas a olas de calor. Y la exposición a temperaturas dañinas es mucho más común en zonas pobres.

Los cultivos también sufrirán debido a las altas temperaturas, sequías y tormentas. Esto también traerá problemas para los alimentos que se cosechan. Las poblaciones rurales enfrentarían por un lado, el generar menos ganancia con sus cosechas y, por otro, el tener que pagar más por lo que consumen.

La buena nutrición es esencial para embarazos saludables, la supervivencia de los menores y su desarrollo. Con mejor nutrición habrá mejor salud y los niños faltarán menos a la escuela por motivos de enfermedad. Esto ayudaría a reducir las inequidades.

Por el contrario, la malnutrición podría perjudicar el manejo de otras enfermedades, como la tuberculosis o el sida.

“Las personas vulnerables sufrirán más porque, con menor irrigación, los suelos se vuelven más dependientes del clima. Esto pondrá a los precios de los cultivos a merced de un mercado volátil. Las personas pobres tendrán aún menos posibilidades de comprar comida. El cambio climático exacerbará estas y otras vulnerabilidades, y la desigualdad será mayor”, menciona el reporte.

Y añade: “las reducciones en las ganancias agravarán las inequidades de ingresos entre los países un 30% adicional durante el resto del siglo XXI”.

Eventos climáticos y su impacto en la pobreza

De acuerdo con los especialistas del PNUD, para el final del siglo XXI, si el cambio climático no se mitiga, se causaría una exposición 1.400 millones de sequías adicionales cada año, y habrá 2.000 millones de eventos de lluvias masivas más cada año, lo cual aumentará el riesgo de inundaciones. El impacto de estos eventos climatológicos puede impedir el desarrollo humano, y esto podría influir en el acceso a servicios de salud y educación.

A esto se le une la exposición a olas de calor y temperaturas extremas. Solo en 2017 se perdieron 153.000 millones de horas de trabajo debido al calor; un aumento de más de 62.000 millones de horas desde el año 2000. El estrés térmico –causado por la exposición prolongada a altas temperaturas– se asocia con enfermedades en los riñones y cardiovasculares.

“El dinero que se paga en atenciones médicas podría llevar a 100 millones de personas a la pobreza extrema cada año. Aún cuando la educación sea gratuita, estos eventos podrían alejar a los menores de las aulas. Cuando todos estos factores se combinan, la salud mental se ve afectada”, enfatiza el informe.

Asimismo, el calentamiento ha llevado a los países tropicales a ser al menos un 5% más pobres.

Por si fuera poco, unas 4.000 millones de personas –cerca de dos tercios de la población mundial– tienen escasez de agua durante al menos un mes del año. De ellas, 500 millones viven la escasez de este líquido vital durante los 12 meses.

Finalmente, los embates del cambio climático también pueden repercutir en las migraciones, pues forzarían a la gente a dejar sus hogares y buscar otro sitio donde vivir. En 2017 hubo 18,8 millones de desplazamientos a lo interno de los países en 135 naciones. La mayoría (8,6 millones) fueron causados por inundaciones. Otros 7,5 millones se vieron obligados a migrar por ciclones, huracanes o tifones.