Una vacuna en dos dosis devuelve la esperanza en la lucha contra un virus para el que todavía no hay ni prevención ni tratamiento eficaz.
Científicos estadounidenses prueban una solución para prevenir el ébola, virus que durante finales del 2014 y principios del 2015 registró una fuerte epidemia en África, donde infectó a 28.000 personas y mató a 11.000.
Este padecimiento tropical se caracteriza por fiebre y hemorragias constantes en diferentes órganos. Primero, ataca el sistema inmunitario, y luego, el hígado o los riñones. La mortalidad es del 70%.
Con esta doble dosis, se procura prevenir la transmisión de una enfermedad que, aunque es de difícil contagio –pues hay que entrar en contacto directo con sangre o fluidos de una persona que la padezca–, resulta una preocupación de salud pública en varios países.
Doble dosis. En realidad, se trata de dos vacunas distintas con diferentes propósitos, pero que, en combinación, logran los mejores resultados.
Primero, se inyecta una dosis de “preparación”, que en realidad es una vacuna contra la gripe o influenza, pero cuyo contenido (virus atenuados) fue genéticamente modificado y, además, se le agregó el material genético del virus del Ébola.
Entre 28 y 56 días después se aplicaría la segunda dosis de “refuerzo”, que consiste en una vacuna contra la viruela con el material genético del ébola.
Los resultados de este estudio en fase I (la primera de tres etapas para medir la eficacia y seguridad de un medicamento o vacuna antes de aprobarse) indican que se aumentaron los anticuerpos contra el ébola hasta en un 46%.
Además, en los 87 participantes con edades entre 18 y 50 años no se observaron efectos adversos, según el reporte publicado en la revista médica JAMA .
“Los estudios futuros deberán comparar los distintos métodos y determinar cuáles son los más efectivos, pero cada nuevo método dirigido a crear vacunas es una buena herramienta que el mundo no tenía cuando empezó el brote en África occidental”, expresó Amesh Adalja, uno de los investigadores.
Desventajas. Aplicar este remedio no es tan sencillo en las condiciones de vida de los países africanos que sufrieron la epidemia (Guinea, Liberia, Nigeria, entre otros).
“Si se tratara de una emergencia, no habría tiempo real para actuar entre una dosis de preparación y una de refuerzo. La gente podría enfermar antes de tener la dosis de refuerzo, otra gente no llegaría al hospital para una segunda dosis; no es tan fácil”, razonó el microbiólogo e inmunólogo Thomas Geisbert en una columna de opinión que acompaña al artículo en la revista.
No obstante, los especialistas consideran que este es un buen paso para encontrar una posible solución.
Otras compañías trabajan en una vacuna contra este virus, pero todavía no hay resultados.