Si una persona está con algún tipo de malestar y su pareja la toma de las manos o la abraza, la respiración y los latidos del corazón comienzan a sincronizarse y las sensaciones de dolor y negatividad disminuyen.
Esto no quiere decir que las dolencias desaparezcan del todo, pero sí que la persona encuentre algo de alivio y pueda sobrellevar mejor los malestares. Todo, gracias a la compañía y el contacto con el ser amado.
Así lo señala un estudio de la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos, publicado en la revista Scientific Reports.
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Las indagaciones se realizaron a raíz de una experiencia personal del coordinador del estudio, Pavel Goldstein, quien realiza su investigación posdoctoral en el laboratorio de Neurociencia Afectiva y Cognitiva en Boulder.
La esposa de Goldstein estaba dando a luz y experimentaba mucho dolor. "Yo la veía sufrir y todo lo que podía pensar era: '¿qué puedo hacer por ella?' La tomé de la mano y eso pareció ayudar", comentó Goldstein en un comunicado de prensa.
"Entonces quise examinarlo en el laboratorio: ¿realmente se puede aliviar el dolor con solo el tacto, y de ser así, cómo?", añadió.
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En busca de respuesta
Goldstein y su equipo reclutaron a 22 parejas heterosexuales que tuvieran al menos dos años juntas. Ninguna tenía hijos (esto no era requisito, pero nadie era papá o mamá). Los participantes variaban entre los 23 y los 32 años.
Los candidatos fueron puestos en escenarios diferentes. En el primer caso, cada miembro de la pareja permaneció en cuartos separados sin sentir dolor alguno.
En el segundo, las parejas también estaban en diferentes salones, pero a las mujeres se les sometió a un dispositivo que generaba calor y vibraciones algo dolorosas.
En la tercer recinto, ambos miembros de la pareja estaban en la misma habitación, pero ella no recibía estímulos dolorosos y, además, se le dijo que no podían tocarse entre ellos.
En la cuarta habitación tampoco había sensaciones de dolor, pero las parejas debían tomarse de las manos.
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En el quinto cuarto, las mujeres fueron sometidas a dolor, pero en este caso se les pidió a las parejas no tocarse. Mientras que en el sexto salón, ellas también experimentaron dolor solo que sus novios o esposos sí debían tomarlas de las manos.
Durante el experimento a los participantes se les analizó la respiración, los latidos del corazón, la acción en el cerebro y se les pidió a las mujeres describir sus sensaciones. La regla era que no podían hablarse entre sí, solo comunicarse a través del tacto cuando se tomaban de las manos.
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Los investigadores vieron que el nivel de respiración y frecuencia cardíaca eran similares cuando las parejas estaban juntas sin tomarse de las manos y sin que se generara dolor a la mujer.
Cuando ella experimentaba algún tipo de incomodidad, los latidos del corazón y la respiración subían un poco, quizá porque estaba concentrada más en lo que sentía que en la compañía.
Ahora bien, en el cuarto en donde la mujer sufría dolor, pero su pareja la tenía de la mano, se logró comprobar que la respiración y los latidos se sincronizaban y la actividad cerebral en la zona relacionada con el dolor, era menor. En cambio, había mayor actividad en áreas cerebrales ligadas con el alivio y la recompensa.
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Las participantes explicaron que el dolor no desapareció por completo, pero el estar tomadas de las manos, les proporcionó alivio.
"El uso del tacto puede mejorar la calidad de de la comunicación no verbal en las parejas, especialmente cuando uno de ellos siente dolor. Quien le acompaña presenta mayor empatía y esto puede dar un efecto analgésico", cita el documento.
Los investigadores aclararon que esta es la primera parte de una investigación mayor y solo tomaron en cuenta 22 parejas, por lo que aún deben hacerse estudios con más cantidad de gente para confirmar los resultados.
También deben explorarse situaciones en las que el hombre sea quien se enfrenta al dolor o en parejas del mismo sexo. Sin embargo, los científicos aseguran que estos resultados ya pueden considerarse como preliminares y podrían marcar tendencia.