Las mujeres costarricenses que padecen cáncer de seno añoran una mayor guía desde su diagnóstico hasta su recuperación.
Ellas aseguran que requieren más apoyo psicológico y hasta espiritual para poder superar los embates que significan el tratamiento y, luego, los cambios físicos y miedos personales que se asocian con él.
Esta es una de las reflexiones principales que reveló ayer un estudio cualitativo hecho por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu).
El análisis se hizo a 27 pacientes de cáncer de mama en áreas de Goicoechea como Purral, Mata de Plátano, Calle Blancos, San Francisco y Guadalupe (zonas con alta incidencia y mortalidad por este tipo de tumores).
Por medio de talleres, entrevistas en profundidad y grupos focales, se indagó en la percepción de estas mujeres sobre su experiencia como pacientes.
“En autoconcepto vimos que la percepción de la mujer de sí misma cambia por completo como paciente. Ella es consciente de que tiene otro rol que cumplir: aunque es madre, esposa, trabaja y lleva el hogar, ahora debe dedicar más tiempo a su salud”, dijo Aparicio.
“La parte sexual es de las más difíciles de afrontar, pues muchas pierden un seno o parte de él, lo que hace que puedan rehuir a tener intimidad con sus parejas, y eso las hace sentirse mal. Ahí también viene la parte espiritual, y muchas se aferran a Dios, pero otras lo ven como un castigo”, añadió.
En las redes de apoyo, el estudio encontró que las familias de las pacientes requieren más formación para brindarles la ayuda necesaria.
Sobre los servicios de salud, el 86% de las participantes dijo que se practicó los exámenes en centros privados para tener detección y tratamientos oportunos.