¿Poner las toxinas a dieta? Sólo con supervisión de un experto

Algunas personas optan por regímenes para limpiar su organismo

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¿Se imagina, por cinco días seguidos, comer únicamente vegetales hervidos, dos o más litros de agua y un diente de ajo con una manzana tres veces al día?

¿Y si la dosis de ajo y manzana se fuera incrementando: el segundo día dos dientes de ajo y dos manzanas, al tercer día, tres, y así consecutivamente hasta llegar al día número cinco?

Alejandra (cuyo apellido solicitó ser reservado) no tiene que imaginarlo. Ella lo hizo “porque quería desintoxicarse un poco y, de paso bajar de peso”.

Dice que le funcionó: “orinaba la grasa (la podía ver flotando cuando iba al baño) y bajé 3,5 kilos en cuatro días”.

Como ella, diversas personas que quieren liberarse de los kilos y las toxinas extra están buscando dietas para lograr su objetivo y hay especialistas que no solo respaldan la idea, sino que lo consideran necesario. “No es un mito. Las dietas de desintoxicación existen y tienen como único objetivo limpiar el cuerpo de toxinas por medio de alimentos naturales, líquido y mucha fibra”, dijo Marisa Brenes, nutricionista del Centro de nutrición Larisa Paéz.

Shirley Quirós, nutricionista de Total Natural, considera que las dietas desintoxicantes funcionan y, además, se deben realizar “al menos dos veces por año”.

Ambas especialistas se las recomiendan a quienes tienen sobrepeso u obesidad, a personas que están como ‘estancadas’ en su peso, que tienen un metabolismo muy lento o que retienen mucho líquido. También a quienes hayan utilizado fármacos (sea para la pérdida de peso o como tratamiento) o drogas por un largo periodo de tiempo, a las personas que se enferman con facilidad y a los consumidores asiduos de dietas altas en grasa, alimentos procesados y condimentos artificiales.

“Los alimentos procesados de la ‘era moderna’ se caracterizan por tener preservantes y aditivos artificiales que muchas veces el cuerpo no puede procesar, ni eliminar. Se convierten entonces en toxinas y se acumulan”, explicó Brenes.

A estas sustancias externas que se consumen, se deben añadir los agroquímicos, el smog y otros contaminantes que están en el ambiente y con los cuales el organismo está en contacto constantemente.

Liquidar las toxinas. Existen varias dietas de desintoxicación. Algunas son tan extremas (como obligar a la persona a ayunar por completo y a tomar enemas para limpiar el colon). Estas no son recomendables de realizar ni por un día si quiera.

También están las “más normales” que permiten caldos de verduras cocidas, semillas, granos integrales altos en fibra, yogurt natural o leche descremada y carnes blancas, como pescado.

“La ingesta total de alimentos no está restringida”, dice la nutricionista Cathy Wong. Eso sí, se limitan los licores, cafeína, edulcorantes, bebidas carbonatadas, alimentos procesados, carnes rojas, lácteos, harinas y grasas.

Estas dietas solo pueden seguirse por un periodo de tiempo limitado porque no son nutricionalmente adecuadas, ni balanceadas, pues son deficiencias de proteínas, calcio, vitaminas y minerales.

“Es importante que las personas no se confundan y crean que son dietas para adelgazar. Tampoco son programas de alimentación. De hecho, no se recomienda hacerlas por más de una semana”, aclaró Brenes.

¿Funcionan? Más heces y de peor olor; orina de color y olor fuerte, que además puede contener grasa; erupciones en la piel; sudoración excesiva. Esos son algunos de los signos de que la dieta actúa. “Esto varía en cada persona y no es de preocuparse: es el organismo haciendo la limpieza”, dice Brenes.

Sin embargo, si los signos se prolongan después de terminada la dieta, puede ser una alerta sobre problemas o infecciones en los órganos involucrados, advierte Alicia Marín, especialista en medicina natural y asesora médica de la marca de suplementos GNC.

En desacuerdo. Los detractores de estas dietas dicen que el cuerpo viene equipado con órganos de detoxificación como el hígado, los riñones, la piel y el sistema digestivo, por lo que no debería necesitar otros mecanismos para librarse de las toxinas. Además, “no existe evidencia científica de que las dietas específicas desintoxiquen al cuerpo”, dijo Rosanna Mauro de Maya, nutricionista experta en desórdenes alimentarios.

“En mi experiencia, son frecuentemente usadas por personas desesperadas por bajar peso que quieren una solución rápida. Estas dietas son difíciles de seguir y pueden causar más frustración que recompensa. Pueden ocasionar que se baje mucho peso, pero de músculo y agua, que se recupera rápido”, añade.

Marín y Mauro recalcan que pueden ser peligrosas: pueden bajar la presión arterial y el azúcar, agravar problemas gastrointestinales como gastritis, dolor abdominal tipo cólico y enfermedades inflamatorias del intestino, ocasionar estreñimiento y daño al colon, causar debilidad y fatiga, provocar pérdida de masa ósea, llevar a la deshidratación y propiciar desbalances hidroelectrolíticos.

“De prolongarse más de una semana pueden generar carencias nutricionales importantes, y en casos más graves, generar daños orgánicos o celulares”, asegura.

Además, en personas con desórdenes alimenticios, pueden ser la excusa perfecta para no alimentarse bien o para contrarrestar el efecto de haber comido ciertos alimentos que los hacen sentir culpables.

La alimentación es solo una de las medidas que se pueden tomar para lograr una desintoxicación. “Podemos ayudar al organismo a desintoxicarse reduciendo la exposición a sustancias tóxicas, reduciendo el estrés, durmiendo adecuadamente, haciendo ejercicio regularmente para promover la circulación y la sudoración, respirando aire puro y manteniendo una dieta saludable”, aconseja Marín, quien recalca que en todos los casos mejor preguntarle a un médico.