A partir de este mes, la piel de personas que murieron de forma violenta ayudará a salvar, cada año, la vida de al menos 37 niños con quemaduras severas.
Esto será posible gracias a la consolidación del Banco Nacional de Piel del Hospital Nacional de Niños, que ya tiene el aval judicial para extraer piel en la morgue de San Joaquín de Flores.
El Banco Nacional de Piel –primero en Centroamérica– empezará funciones el próximo miércoles, apoyado por el expertos del Banco de Córneas.
Esta es una esperanza para niños con más del 50% de sus cuerpos quemados. Estos menores pierden agua, electrolitos, proteínas y se exponen a infecciones bacterianas que ponen en riesgo su vida. Estas lesiones no sanan por sí solas. Un trasplante protege la parte quemada y ayuda a regenerar los tejidos.
“Hemos visto niños con un 70% del cuerpo quemado y en los que solo podemos usar un 15% de la piel. Ahí hay que buscar milagros. En diciembre, un papá puso parte de su piel para salvar la vida de su hijo quemado. Con el Banco de Piel esto no será necesario”, explicó Carlos Siri, jefe de la Unidad de Quemados del Hospital Nacional de Niños.
“Es la primera vez que se pide piel y, por eso, buscamos apoyo (...). Trabajamos en una campaña para motivar a los familiares que llegan a la morgue para que donen piel y ayuden a niños quemados”, comentó Patricia Venegas, coordinadora del Banco Nacional de Piel.
Los tejidos se extraerán solo de la capa externa de la piel de la espalda y parte trasera de las piernas. Cada persona dona 1,4 m² de piel. “No se va a quitar piel de la cara ni del pecho o brazos. Los familiares pueden estar tranquilos de que la cara permanecerá intacta y no se notarán diferencias cuando velen a su ser querido”, dijo Marlen Herrera, del Banco Nacional de Piel.
Los funcionarios también cuentan ahora con permiso para extraer piel de cuerpos que no son reclamados hasta mes y medio después de su deceso. Sin embargo, la piel de estos cadáveres ya no es apta para trasplantes porque ya lleva mucho tiempo en descomposición.
Para poder almacenarse en el Banco de Piel, el donante debe tener como máximo 15 horas de fallecido, si su cuerpo no se refrigera. Si el cuerpo se refrigera, la vida útil de la piel se extiende nueve horas más, es decir, 24 horas.
Los pacientes con muerte cerebral también pueden ser donadores. No obstante, no todas las personas pueden donar piel. Los donantes no deben padecer enfermedades en la piel, males neurodegenerativos, o tener VIH, hepatitis o lupus.
“Es importante hacer un cuestionario médico-social para ver si la persona tiene alguna condición que le impida donar su piel. Necesitamos mucha piel, pero la piel debe ser apta para salvar a muchos pequeños”, dijo Herrera.