Esta mañana, y por sexto año consecutivo, la avenida segunda –desde el parque Central hasta la plaza de la Democracia– se recorrió en dos y cuatro patas para pedir por sanciones para que los casos de abandono y crueldad contra los animales no queden impunes.
Si el año pasado 12.000 personas acudieron a la Marcha contra el Maltrato Animal, este año se esperaba una asistencia de 18.000 personas. "La expectativa era esa y creo que la cumplimos", dijo Silvian Hogg, miembro del comité organizador.
Esta marcha se realiza desde el 2009. Su objetivo es abogar por la reforma a la Ley N° 7.451. "Ahorita el maltrato animal es solo una contravención. Lo que queremos es que hayan penas de cárcel y multas", dijo Shirley Rojas de organización Cartago Pro Bienestar Animal, una filial de Asociación para el Bienestar y el Amparo de los Animales (ABAA).
Asimismo, las organizaciones de bienestar animal y rescatistas aprovecharon para concientizar a las personas que se acercaron al parque Central y la plaza de la Democracia. Ese fue el caso de Angélica Bolaños, voluntaria de Fundación Tierra de Animales.
"Se necesita una mayor conciencia de que no se puede simplemente tirar el perro al patio o tenerlo amarrado, sin llevarlo al veterinario y sin gastar en él. Falta mucho para que la gente empiece a ver al animal como un miembro de la familia", dijo Bolaños.
Mariana y Rafael Umanzor caminaron junto a Luna como una familia, dando el ejemplo sobre ese cambio de cultura por el que se aboga. "La idea es ir cambiando eso y empezar a ver a las mascotas como parte de la familia", dijo Mariana Umanzor.
En esa misma línea de pensamiento, Paola Ramos y Eduardo Sanabria marcharon con sus mascotas Angelita y Héctor. "Es necesario que la gente haga conciencia de que los animales son también creación de Dios y se deben respetar", dijo Sanabria.
Jacko, un american staffordshire (amstaff), acaparó las miradas y se ganó la simpatía de los caminantes.
"Hay mucha crueldad. Jacko es un ejemplo de un amstaff educado, que no ataca perros, ni niños. Quise traerlo para que la gente lo vea y comparta con él", comentó Laura Guevara y agregó: "El problema no es la raza sino los dueños irresponsables que los usan para peleas, los golpean y no los socializan. El comportamiento del perro refleja al ser humano".
En la plaza de la Democracia, los perros pudieron refrescarse en las piscinas mientras las personas disfrutaron de actividades como conciertos, concursos, artes circenses y pasarelas caninas hasta las 5 p. m.
La feria agrupó a 45 organizaciones que dieron a conocer su trabajo y vendían artículos para mascotas para recaudar fondos. "Nosotros no recibimos ayuda de ningún tipo, dependemos de las donaciones", dijo Rojas.
También se tenían puestos de hidratación, se regalaron 2.000 desparasitaciones y consultas veterinarias. Asimismo, se informó sobre la importancia de las castraciones para controlar las poblaciones de animales y en beneficio de la salud de las mascotas.