Marianela Gamboa Méndez
Psicóloga
La ropa cumple una función importantísima en la relación con su peso. Más allá de la talla, la ropa hace evidente un problema y da el primer aviso cuando aprieta: “Algo pasa, ya usted no cabe aquí”.
Definitivamente, de la lista de incomodidades que genera tener kilos de más, la ropa encabeza la lista. Es la villana cuando a diario avisa que algo anda mal, o es la amiga cuando sirve de motivación tras lograr la talla deseada.
Lo cierto es que, independientemente de que sea enemiga o no, aquí entra en juego lo psíquico, justo en su elección ante el mensaje de alerta que le hace su ropa. ¿Lo dejará pasar, o se pondrá un límite para no engordar más?
Es probable que esta decisión surja en silencio, en su inconsciente, pero es importante que conozca algunos aspectos que entrarán en juego.
Según la revista Obesity , el reconocer si alguien está con sobrepeso o no, dependerá de cuántas personas a su alrededor tengan exceso de peso. Si para esas personas cercanas es “bien visto” tener kilos de más, esto influirá en que se asuma como una condición “normal”. Y quizá también influirá en su decisión de ir a comprarse prendas de una talla más.
En todo esto interviene algo más profundo, un mecanismo psicológico: la NEGACIÓN, que surge como defensa para alivianar algo que parece inmanejable y difícil de admitir: ¡Me engordé!
Por eso, vaya de nuevo al pasado y pregúntese: ¿Hace cuánto le habló la ropa por primera vez? ¿Por qué cree que decidió ignorarla? Muchos aseguran que lo negaron porque no querían o no podían enfrentar la realidad del momento (el zíper o el botón casi iban a estallar) y solo lo “resolvían” cambiando el vestuario.
Otros, preferían no parar de comer de más, porque les funcionó como tranquilizante para sobrellevar alguna etapa de vida, como la ruptura con la pareja, el duelo, un embarazo o un cambio de trabajo… Y así, cada uno tiene su historia de cuándo fue que la ropa le avisó, pero no puso atención.
Nunca es tarde para escuchar. Es analizando su propia negación que podrá cambiar el rumbo de su salud, sacar la ropa guardada y hacerla su amiga, para lograr lo más importante: regalarse a sí mismo la talla adecuada.