Giorgio Fischer, ‘padre’ de la liposucción, sigue siendo asiduo defensor de la técnica. Éste médico italiano, ginecólogo de primera especialización, visita el país para participar en la I Jornada Centroamericana de Actualización de Medicina Estética Fisiológica y Cirugía Cosmética. Este es un extracto de la entrevista con La Nación .
¿Qué cree usted que significó para la medicina la creación de la liposucción en 1974?
Yo creé la liposucción junto con mi padre, que también era cirujano cosmético. Esa era entonces una nueva rama de la cirugía.
”Después de que se creó la liposucción con cánulas (tubos delgados que extraen la grasa ), vino toda la cirugía endoscópica. Antes de eso los cirujanos tenían que abrir el cuerpo, se extraía el problema, y luego cerraban la incisión”.
Sin embargo, tampoco es que sea inocua. ¿Qué cambios se necesitan aún para que la liposucción cause menos complicaciones al paciente?
La liposucción no se enseña en las universidades, porque no es parte de la cirugía plástica. Si se quiere hacer un buen trabajo en liposucción, hay que especializarse por semanas o meses en ello. La mente y la mano hacen la lipoescultura, no la máquina, por más cara que sea.
Aunque hayan pasado los años aún quienes piensan que la liposucción es una salida fácil a un problema que se soluciona con dieta y ejercicio, ¿qué opina?
No es verdad. El cuerpo tiene algunos depósitos de grasa, que aún con dieta y ejercicio, no se logra una figura armoniosa. Se puede combinar la lipoescultura con ejercicio. Todo depende del caso particular. Lo que hay que hacer es nunca exagerar. Los medios dan una falsa impresión del procedimiento.La lipoescultura no se hace en una sola sesión: se debe hacer en al menos dos etapas, para no dañar el sistema linfático. Además, los resultados completos se ven en seis meses. Este cuento mágico de que cambiarán todo tu cuerpo en una sola sesión es falsa, más bien te matará.
¿Y qué hay del aspecto psicológico del paciente, asociado a las cirugías cosméticas?
Por supuesto que las falsas expectativas son peligrosas, para el paciente y para el doctor. Hay que ser realistas, no somos magos. Somos cirujanos cosméticos.
¿Qué se necesita para evitar los casos de mala praxis en procedimientos médicos?
Los doctores tienen que llevar cursos de actualización. Y no de un día: cursos de dos o tres semanas, en los que se aprende muchísimo, allí en la cama de operaciones.
(“Lo más importante es la educación del paciente, la formación adecuada de médico, y que el procedimiento se haga en lugares adecuados y habilitados por autoridades sanitarias”, explica el fundador de la Unión Internacional de Lipoplastia, Gustavo Leibaschoff).
¿Los beneficios de la liposucción compensan los riesgos a los que se expone el cliente?
Si el paciente es saludable, y no se va a un doctor loco cualquiera, no hay riesgo alguno.
”Pero hay que tomar precauciones. Intervenir varias partes del cuerpo a la vez es imposible: es asesinar al paciente”.
(“Hoy sabemos que la lipoescultura no puede ser de más del 25% de la superficie corporal, y no se debe combinar con ninguna cirugía asociada”, añade Leibaschoff).