El 85% de las personas que fallecieron ahogadas en los últimos 24 años en Costa Rica eran hombres y, de ellos, la mitad (54%) tenía toda una vida por delante pues no llegaban a los 30 años.
Un estudio de la Universidad Hispanoamericana logró hacer una radiografía de quiénes perdieron la vida en el mar, en un río, una poza o una piscina entre 1990 y el 2014 y confirmó que solo el 15% son mujeres.
Durante esas dos décadas y media, 2.981 personas perdieron la vida debido a esta causa. De ellas, 2.538 (85%) eran hombres y 443 (15%) mujeres. Esto quiere decir que por cada seis varones ahogados, solo hubo una víctima femenina.
La tendencia se mantiene al inicio del 2019. Del 1.° de enero a la fecha, han fallecido once personas ahogadas. El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) no detalló los datos por género, pero indicó que la mayoría de los fallecidos eran hombres.
El estudio “Evolución y carga de la enfermedad por ahogamientos en Costa Rica en los años 1990 al 2014” sí logró ahondar en el género y edad de las víctimas.
Determinó, por ejemplo, que el mayor número de bañistas fallecidos (37,7%) correspondía a 1.121 personas con un rango de edad de entre los 15 y los 29 años. De ellos, 1.009 (34% del total) eran hombres y 112, mujeres.
Un segundo grupo es integrado por 982 individuos (33,1%) de entre 0 y 14 años. De nuevo, los varones fueron los más afectados con 589 (20% del total de decesos), contra 393 del sexo opuesto.
En un tercer segmento aparecen 674 bañistas de entre 30 y 44 años. Ellos representan el 22,6% de las personas ahogadas entre 1990 y 2014: 613 hombres y 61 mujeres.
¿Por qué los hombres?
La investigación fue realizada por Adriana Quesada, licenciada en Medicina y Cirugía de la UH, con base en datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el Ministerio de Salud, así como de otras instituciones y estudios relacionados.
Quesada pretendía registrar el sexo, la edad y el lugar donde fallecieron las personas que se ahogaron entre 1990 y el 2014. La investigadora contó con la guía de Ronald Evans, encargado de la Unidad de Investigación de la Hispanoamericana.
"Los ahogamientos constituyen una de las principales causas externas de muerte en Costa Rica y en el mundo. Especialmente, arrebata vidas en las edades más productivas, entre 15 y 49 años. Mediante adecuadas medidas de prevención, es posible disminuir el número de decesos por esta causa”, manifestó Evans, al señalar la importancia de un estudio como este.
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Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el ahogamiento está definido como el proceso de sufrir dificultades respiratorias por sumersión o inmersión en un líquido, que en casos podría llegar a ocasionar la muerte o resultar en una discapacidad.
Consultada sobre las razones por las que los hombres son más propensos a morir ahogados en Costa Rica, la investigadora aclaró que el INEC no posee un registro completo sobre las causas.
“El INEC tenía las causas de 1990 al 2000, pero del 2000 al 2014 no había causas específicas”, aclaró Quesada.
Sin embargo, Quesada se animó a proponer su propia teoría y da tres razones: imprudencia; drogas y alcohol; y la práctica de pesca y deportes acuáticos.
“De las pocas informaciones que hay sobre este tema en Costa Rica, se hablaba de que en provincias como Limón la práctica de la pesca, los deportes acuáticos y, en algunos casos, las conductas riesgosas como la ingesta desmesurada de alcohol, especialmente durante las vacaciones, son factores que incentivan un potencial ahogamiento en la población masculina”, aseveró.
Agregó que conductas propias de la edad, como el consumo de alcohol y drogas, pueden formar parte de los factores por los cuales los varones ticos se ahogan tan jóvenes. “El a mí no me va a pasar”, podría ser otro pensamiento peligroso.
“Razones específicas por edad no estudiamos. No hay información de esto. De hecho, el buscar información de ahogamientos en Costa Rica es muy difícil, es un tema poco estudiado”, lamentó Quesada.
Lo que sí se sabe es que la mayoría de sucesos tienen lugar durante la época de vacaciones, por ejemplo, a finales y principio de año y durante Semana Santa, corroboró la investigación.
Costas mortales
Como es de esperarse, las zonas costeras de Limón, Puntarenas y Guanacaste son las que presentan una mayor tasa de muertes por ahogamiento durante el periodo estudiado.
El Caribe encabeza el escalafón con un total de 311 decesos, seguido de Puntarenas con 246 casos. En ambas provincias, la incidencia de ahogamientos ha disminuido en los últimos años.
Por otra parte, el estudio reveló que Heredia ha presentado en reiteradas ocasiones tasas elevadas de mortalidad por ahogamientos.
A pesar de no ser una zona costera, esta provincia ha mostrado tasas de 8,02 y 4,55 por 100.000 habitantes en 1997 y 2006, respectivamente. Aquí, los decesos ocurren en piscinas, ríos y pozas.
Entre tanto, San José es la provincia con las cifras más bajas de fallecimientos.
En su investigación, Quesada, señaló que la causa de la mayoría de los ahogamientos en las costas podría ser las características del oleaje.
En el Caribe, por ejemplo, las olas presentan una altura promedio de entre 1,5 y 1,9 metros; mientras que en el Pacifico el promedio oscila entre 1 y 1,4 metros, lo cual explicaría las elevadas tasas de muertes en Limón.
El análisis no contempló las playas específicas donde sucedieron las muertes.
Sin embargo, la Cruz Roja indicó que algunas de las más vulenerables (no tanto por ser peligrosas, sino por ser muy visitadas) son playa Uvita, playa Negra y Tortuguero en el Caribe; Jacó, Puntarenas y Esterillos en el Pacífico central; Caletas y Conchal, en el Pacífico norte y Bahía Ballena, en el Pacífico sur.
En otras ocasiones, también se han presentado ahogamientos en playas como Manuel Antonio, Bejuco, Flamingo, Junquillal, Avellanas y Zapotal.
Sea precavido
A pesar de no ser el centro de su investigación, Quesada adjuntó una serie de recomendaciones para evitar este tipo de accidentes acuáticos.
Ella considera primordial educar a los padres de familia para que se mantengan vigilantes de sus hijos cuando visitan área de recreocomo piscinas, ríos y playas.
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Además, recomienda a los viajeros acatar las medidas recomendadas por las autoridades y respetar la señalización de los lugares peligrosos.
Por último, aconseja capacitar a la población en general sobre las maniobras de seguridad adecuadas para atender un ahogamiento de la forma correcta.