Los exsiameses Samuel y Ezequiel muestran un avance lento pero progresivo, dos meses después de ser sometidos a una operación para separarlos, pues nacieron unidos por la cabeza.
El equipo médico a cargo de la atención de los hermanos Núñez Badilla, en el Hospital Nacional de Niños (HNN), celebró este lunes el progreso mostrado por los pequeños de dos años, quienes actualmente ya pueden ser alzados por sus padres.
Los menores incluso han logrado adquirir estabilidad neurológica, lo que significa que no presentan crisis convulsivas, según informó en conferencia de prensa Carlos Jiménez, director a. i. del centro médico.
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Actualmente los pequeños se encuentran un proceso de transición en cuanto a su alimentación, ya que la misma se ha venido realizando por vía parenteral, por medio de un catéter intravenoso, pero poco a poco se les ha ido administrando comida sólida.
"La idea es poderlos migrar en algún tiempo, para que estén solamente ya con alimentación oral, pero eso es un proceso que va lentamente", explicó Jiménez.
Samuel es quien ha podido tener un mayor progreso, de acuerdo con los reportes médicos. Todas sus heridas ya han cerrado y para este lunes está previsto que los doctores intenten suspenderle la respiración asistida.
Ezequiel, por su parte, aun cuenta con un defecto a nivel de cuero cabelludo, producto del procedimiento quirúrgico, que lo dejó con una herida abierta y colgajos (piel y nervios que fueron colocados para reconstruir su cabeza).
"Tiene una ventriculostomia en su cabeza, que consiste en un catéter que permite manejar la producción de líquido en la cabeza y el cerebro, que esperamos se vaya cerrando poco a poco para que podamos colocarle una derivación del ventrículo peritonial, un catéter que quede ya debajo de la piel, o poder retirarlo en un futuro, que sería lo ideal", indicó Edgar Jiménez, del grupo neuroquirúrgico del HNN.
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Se espera que esta semana se le realice un nuevo procedimiento reconstructivo para reducir aun más el defecto.
La mejoría que muestran los exsiameses, también llena de gran esperanza y felicidad a sus padres.
"Estamos muy motivados, porque pensamos en dos meses hacia atrás y estaban en una condición muy grave, y hoy podemos decir que están bastante estables, las crisis que padecían se han controlado", dijo Evelyn Badilla, madre de los niños.
"Estamos muy felices porque podemos alzarlos, están más tranquilos, ya van agarrando la confianza otra vez y eso nos mantiene muy motivados...Ya verles la sonrisa en la carita es totalmente diferente, al principio estaban serios, como distantes, pero ahora sí, nos responden con sonrisas a los estímulos", añadió.
Los médicos consideran vital que los menores tengan contacto físico con sus padres, ya que los motiva a salir adelante.
"Es un paso gigantesco que ellos los puedan tener alzados", expresó el doctor Édgar Jiménez.
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El principal reto que enfrentan actualmente los exsiameses es completar su recuperación neurológica, ya que puede tomar muchos meses para poder observar cuál será el resultado final.
En segundo lugar, es alcanzar el cierre completo del defecto en la cabeza de Ezequiel para seguir con los siguientes pasos en su proceso de reconstrucción y posible retiro del catéter o su colocación de forma subcutánea.
Los niños nacieron unidos por la cabeza, pero fueron separados el 23 y 24 de febrero, durante una cirugía que duró 20 horas en el HNN.