Si bien no existe límite de edad para iniciar o terminar con la actividad física, en cada etapa de la vida hay disciplinas que se pueden potenciar más que otras. También en algunos casos, dependiendo de la edad, la práctica de ciertos deportes se puede convertir en un riesgo para la salud.
El médico especialista en deporte Esteban Campos señala que, a menos que se tenga algún tipo de impedimento físico, una persona puede ejercitarse desde su infancia hasta su ancianidad.
Sin embargo, todo cambia, y esto se comprende mejor cuando se conocen las ventajas que ofrecen las distintas etapas de la vida para la práctica de determinados ejercicios, así como los peligros que entrañan algunos deportes a ciertas edades.
En los niños. En la edad preescolar no se debe entrenar la fuerza ya que puede ser perjudicial para el desarrollo físico. En estos primeros años, el deporte debería ser simplemente juego.
“Es fundamental que, además de la práctica de una actividad física individual, también se haga actividad colectiva para aprender a jugar en equipo y socializar. Algunos deportes aconsejables para este periodo son: ballet , natación, artes marciales o gimnasia”, dijo el doctor Campos.
Según el atleta y entrenador personal Rónald Hernández, otro buen consejo es estimular los patrones motores básicos como correr, saltar o lanzar. En la fase preescolar se empiezan a desarrollar los sistemas nervioso y muscular, por lo que esas prácticas serán de gran beneficio para el crecimiento. Además, en esta etapa, la memoria motora comienza a consolidar; esto quiere decir que lo que se aprenda va a convertirse en un hábito perfecto”, manifestó Hernández.
Durante la adolescencia. En la adolescencia, las capacidades físicas alcanzan paulatinamente su desarrollo máximo, por lo cual cualquier tipo de deporte o actividad física es aconsejable.
“Lo recomendable es que, a estas edades, la actividad física sea diaria, con una intensidad entre media y alta, y una duración aproximada de una hora. El atletismo es un deporte recomendado al que los adolescentes le pueden sacar mucho provecho; los músculos ya han alcanzado un crecimiento importante y, con algo de ejercicio, pueden terminar de formarse bien.
Otras disciplinas recomendadas son: fútbol, baloncesto, voleibol o natación”, mencionó el doctor Esteban Campos.
A partir de los 18. A medida que el cuerpo va madurando desde el punto de vista muscular y cardiorrespiratorio, el individuo puede comenzar a aumentar la intensidad de la actividad física.
En esta fase son varios los elementos con los que la persona debe trabajar para mejorar su condición física (entre ellos, coordinación, fuerza y velocidad) y, por ende, hay diferentes ejercicios entre los que se puede escoger.
“No hay que desconocer el aspecto hormonal, donde los hombres tendrán un mayor desarrollo de su masa muscular y, por lo tanto, buscarán ejercicios que potencien eso. Este es un buen momento para hacer pesas, por ejemplo.
La natación sigue siendo una excelente disciplina y también pueden considerarse el fútbol, el baloncesto, el voleibol y el atletismo”, agregó el entrenador Ronald Hernández.
Los 30 y luego los 40. “A partir de los 30 años, el factor metabólico decrece y el cuerpo ya no reacciona igual. En esta etapa, los esfuerzos deben orientarse a tener una salud cardiovascular óptima.
Si tal objetivo no se logra en esta edad de la vida, después será más difícil. Se pueden practicar deportes como ciclismo de montaña (mountain bike) , pilates y tenis” , agregó el doctor Campos.
Una década más tarde, a partir de los 40, empiezan a aparecer problemas en las rodillas, razón por la cual las actividades de alto impacto dejan de ser recomendables o deben restringirse más.
A partir de los 50. La opinión de los especialistas es que en este periodo se debe comenzar a disminuir la velocidad e intensidad de la actividad física. Salvo que la persona esté en muy buena condición física y su estado se lo permita, no se recomiendan los deportes que incluyan saltos pues ponen en riesgo la columna, las rodillas, las articulaciones. Los deportes aconsejados son: pilates, yoga, natación, gimnasio de bajo impacto y ejercicios que favorezcan los estiramientos y el fortalecimiento de los huesos para prevenir la osteoporosis.
Adultos mayores. El envejecimiento es un proceso natural en todo ser humano. No obstante, esa condición no es una excusa para dejar de moverse.
Para esta población, Hernández recomienda que los principales ejercicios que se lleven a cabo sean los que involucren movimientos de equilibrio, coordinación y mejoramiento de la capacidad cardiorrespiratoria. Es el caso de caminar, nadar o practicar yoga.